CAPÍTULO 9

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KRIST'S POV

¿Puedo cortejarte?

¿Puedo cortejarte?

¿Puedo cortejarte?

Creo que mi padre me golpeó hasta matarme y me fui volando al cielo. Sino no existe una explicación válida para que ese alfa dijera esas palabras.
Si, esa debe ser la única respuesta, sin embargo sus palabras siguen resonando en mi cabeza.

Krist ¿puedo cortejarte? — su dulce voz me persigue como un calmado arrullo.

No obstante, no todo es color de rosa, yo había seguido tan perdido en mis pensamientos que no fui capaz de percatarme que ya estaba frente de mi casa.
¿Vine caminando de la universidad a mi casa? Sí, como el completo idiota que soy. Si antes pensaba que estaba muerto ahora es seguro que lo estaré.

¡Que idiota!

Al observar mi reloj, sé con certeza que las manecillas no mienten, ya he pasado mi hora de llegada.

Papá va a matarme, eso es un hecho...

Con un temblor recorriendo todo mi cuerpo camino hasta la entrada de mi casa, lentamente estiro mi mano para alcanzar la manija de la puerta principal y al instante lo siento, él ya está ahí.
Al abrir la puerta ingreso muy despacio y trató de calmarme.

Al dar unos cuantos pasos al interior de la casa, lo encuentro sentado como de costumbre en el sofá leyendo su periódico.

—B-buenas tardes padre. — Trato de hablar sin que mi voz se quiebre en el intento.

—¿Por qué llegas tan tarde? —pregunta sin levantar la vista del periódico.

—Y-yo tenía que hacer un trabajo.

—¿De qué? —vuelve a preguntar cambiando de página.

—De biología — digo lo primero que pasa por mi mente.

—¿En serio Krist? —levanta su mirada, sus ojos negros se encuentran con los míos. Con paciencia dobla nuevamente el periódico para colocarlo en la mesa frente a él. —No recuerdo que el profesor Matt en su plan de anual de clases haya especificado un trabajo para después de clases o ¿si?

Me atrapó, a él nada se le escapa. En especial yo.

—Papá...y-yo —se levanta del sofá con rapidez y camina directo hacia mí. Sin darme tiempo a reaccionar me agarra fuerte de los brazos.

—¿Por qué te gusta mentirme? ¿Acaso no te eduque bien? —sus manos aprietan con dureza mi piel.

—Perdón papá... Y-yo... Es mi culpa.

—Al menos en eso coincidimos.

—Eso no volverá a pasar —le aseguro para intentar calmarlo.

—De eso puedes estar seguro. —Una macabra sonrisa apareció en sus labios y de un fuerte empujón me hizo aterrizar en el suelo sobre mi trasero.

—Papá por favor...— rápidamente me coloqué de rodillas y le suplique —No, no me pegue, no volverá a pasar se lo juro. Por favor…

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