CAPÍTULO 24

2.2K 288 53
                                    

KRIST'S POV

El día no pudo ser mejor, mamá siempre me da mucho cariño que incluso me dura hasta el próximo año que la vea.

Al llegar noto que la casa está sola, aún no ha llegado P'Off, tal vez esté con Gun.

Así que mejor decido estar en mi habitación y me pongo a leer o ver una película, la verdad extraño a Singto, extraño todo de él, ojalá las cosas fueran más sencillas. 

🌼

Creo que fue un gran error ver una película de miedo solo en casa, porque apenas suena el teléfono no puedo evitar gritar del susto. 

—¿Si? Diga. 

—Hola, mi pequeño —no, esto es peor que una película de terror —¿Krist? 

—P... P... S-Sebastián 

—Pensé que te habías olvidado de mí, me lastimó porque yo nunca podría olvidarme de ti, mi lindo. 

Oír sus voz es lo que más odio, así que le cuelgo, no quiero recordar a esa persona, no quiero, la odio.

Bueno nunca lo odie, al inicio me agradaba.

La primera vez que lo vi fue cuando tenía 10 años, muy alegre y conversador, decía que era muy lindo, nadie a parte de mamá lo decía; así que me hacía sentir especial.

Aunque a mamá nunca le gustó que pasara tiempo con él, así que cada vez que venía a casa ella  me mandaba con P'Off o me pedía que no saliera de la habitación. 

Pero una vez que mamá se fue, las cosas reflejaron su verdadero color y el porque no quería que pasara tiempo con el amigo de papá. 

Él siempre venía en mi cumpleaños y me daba regalos y cosas bonitas, algo que padre no hacía pero nunca lo vi con mala intención. 

Hasta ese día. 

Cumplí 16 años, como de costumbre  P'Sebastián vino y me trajo regalos pero a diferencia de todos lo años subió a mi habitación. 

—Hola Krist ¿Puedo pasar? 

—Si, pase —ese fue mi gran error, pero en ese momento no lo sabía. 

—¿Por qué no bajaste a cenar? 

Ese día papá estaba muy enojado, así que me castigó en la mañana y no quería que me viera así. 

—Estaba cansado—susurré cansado y Sebastián lo notó. 

—¿Estuviste llorando? —acarició mi mejilla con una falsa simpatía. 

—No P, solo tengo sueño. 

—Sabes ¿que puedes decirme cualquier cosa? 

—Si, lo sé —se veía sincero, así que caí —Papá me pagó. 

—¡Oh! mi pequeño ¿por qué lo hizo? 

—Porque me odia. 

—Nadie te podría odiar a ti, Krist ¿vamos a curarte? 

SÁLVAME Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz