Hasta que me Empalague de Ti - Yaoi

Cap. 43

Tal y como Sergio había dicho, era como si todo este tiempo hubiese vivido en su casa... ya que no fue tan difícil acostumbrarme a vivir junto a él, de hecho era demasiado feliz, podía verlo todos los días...... sin embargo la felicidad también tiene un límite y existe algo llamado "espacio personal" empezando por el hecho que se supone que en las noches cada quien se va a dormir a sus respectivos cuartos y cierta persona terrorista (Sergio) aparece a la mañana siguiente en mi cama sofocándome con sus abrazos que me daban sus pesados brazos.

En cuanto a la universidad, fui a inscribirme al nuevo curso de postgrado, solo que las clases no comenzarían hasta dentro de dos semanas, de las cuales la primera aproveché para ayudar en la pastelería y jugar melosamente con Sergio a las escondidas uno que otro rato....bueno solo cuando ya era hora de cerrar.

Realmente soy feliz Momoka.

Pero el fin de semana de la segunda semana Sergio tiene planificado llevarme a la fuerza "a recorrer Italia".....ahora veré....Che mi aspeta (qué me espera - en italiano) ^u^

Te quiere, tu hermano mayor.

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-¿Kibari ya estás listo? - pregunta Sergio mientras jala las sabanas de mi cama. Busco mi celular en el velador que estaba al lado de mi cama para fijarme la hora y gruño todavía somnoliento...

- Son las 4:30 am ¡Déjame dormir! - me quejo.

- Pero hay que salir temprano - insiste.

Sergio se mete en la cama abrazándome por la espalda, me incorporo un poco para buscar dónde había dejado las sabanas y al verlas tiradas en el piso me da pesadez y vuelvo a echarme.

- Esta bien hoy nos quedaremos, así que vuelve a dormir - dice Sergio en tono poco creíble y le miro de reojo...

- ¿En serio? - pregunto incrédulamente.

- Sip - dice con su típica sonrisa y sin decir más rápidamente me agarra el sueño.

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Cuando vuelvo a abrir los ojos, en frente mío diviso la carretera.

- ¡Desgraciado! Dijiste que hoy nos quedaríamos en casa - reclamo.

- Yo solo dije que nos quedaríamos.....pero nunca dije dónde - contrataca dando largas carcajadas.

- Eres un mentiroso me engañaste ¡Detén el auto inmediatamente!

- No puedo....falta poco para que lleguemos a nuestro destino.

"¿DÓNDE?" pienso clavándole la mirada.

- A Florencia - dice adivinando mis pensamientos.