Capítulo 18

893 95 1
                                    

— Kibari.... todos ya se han ido — dice Sergio ingresando a la cocina — ¿Sigues hablando con tu hermana?

— No, acabo de terminar de hablar con ella... solo me quedé un rato pensando.

— Pensar es peligroso — dice burlonamente, pero solo le correspondo con una sonrisa ligeramente sarcástica.

"¿Eres feliz?"

"¿Por qué me habría hecho esa pregunta Momoka?"

— ....... ¿vamos a ir verdad? — le escucho decir a Sergio.

— Eh?, ¿Qué cosa?, ¿A dónde? —cuestiono sin entender exactamente a qué se refería.

— Te dije que quiero ir a Roma.... genio — dice al notar que andaba en las nubes, él se acerca con su típica risa chistosa y pone una mano sobre mi cabeza.

— Aaaaah — digo molesto, afirmando que había captado su mensaje — Yo no voy, lo comentaste en la cena sin siquiera haberme consultado.

— Pero ahora te estoy consultando.... bueno prácticamente estoy tratando de convencerte.

— Muy tarde — aparto su mano de un sopetón. Y me dirijo hacia la sala.

— Vamos Kibari — ruega Sergio persiguiéndome — Además mañana que es navidad no vamos a hacer nada.

— Estás loco ¿acaso crees que pasaré más de tres horas de viaje en tren contigo? — reprocho.

— Vamos en mi auto, será más rápido — sugiere Sergio.

— No, prefiero quedarme en casa a dormir.... Gracias — me acerco a la puerta de la pastelería y le hago un gesto de despedida.

— Kibari.... ¿no vas a quedarte? — pregunta el haciéndome sentir el aire más pesado y los nervios comienzan a brotar por mis brazos.

— No, tomare algún taxi que esté pasando o iré a pie — digo tratando de disimular mi nerviosismo.

— No, yo te llevo — dice Sergio metiendo una mano a su bolsillo y sacando su llavero. Pero al instante me siento incómodo.

— No Sergio, no me gustaría incomodarte tan tarde.

"Por favor no insistas"

— No me incomoda para nada, más bien fui yo quien te invitó, me sentiría mal si algo te pasara — dice con su odiosa sonrisa — ...... ¿o es que no quieres estar a solas conmigo?

"Exactamente"

Sergio se acerca a la puerta y comienza a asegurar la pastelería.

GLUP!

Trago saliva

Sergio termina de asegurar la puerta trasera en donde estaba aparcado el auto. Pero sin esperar a que le dijese nada él me levanta como a un costal de papas en su hombro.

— Waaaa ¡¿pero qué haces?! Bájame inmediatamente — protesto.

— Descuida no te haré nada malo, simplemente tengo ganas de conducir esta noche, así que te llevaré.... déjame cumplir este capricho mío.

— ¡¡¡¿No puedes hacer cosas que no me involucren?!!! — grito avergonzado.

— AJAJAJAJA pero claro que no, eres tan ingenuo y adorable.

Me mete al auto como si nada, y para asegurarse de que no escape, el mismo me abrocha el cinturón de seguridad y corre rápidamente al asiento del conductor.

-------------------------------------------------------------

— ¡Servido Princesa! — dice Sergio entre risas, mientras me abría la puerta.

"¡¿Pero qué demonios?!"

— No era necesario exagerar — reprocho, pero Sergio ríe aún más a causa de mis gestos — Ya basta! Insisto.

— Si, si, si, si... es inevitable, me encanta hacerte enojar.

— Ya vete de una vez — digo molesto correteándolo alrededor del auto, hasta que finalmente se detiene al lado de la puerta del conductor y me toma del cuello acariciando mi rostro con sus pulgares. Sentí como sus suaves labios se posaban sobre los míos arrebatándome cualquier rastro de enojo infantil y dejando la marca de la sorpresa y la vergüenza.

— Vendré por ti mañana temprano — dice abriendo la puerta del auto e introduciéndose dentro ágilmente.

"Eh?.... ¡¿Todavía tiene en mente la idea de ir a Roma?!"

— Hey!, ¡Espera!, No... no vengas! — le grito mientras enciende el motor.

— Vendré, así que espérame listo — dice con aire victorioso y se pone en marcha dejándome un dulce sabor en los labios.

"¿Acaso es terco?", gruño para mis adentros y entro a mi edificio dando pesados pasos sobre el suelo, decidido a no hacer nada ni alistar ni una sola maleta para el inesperado viaje... pero en parte preguntándome porqué quería comportarme como un niño caprichoso en esta ocasión. Poso un par de dedos sobre mis labios y me giro una última vez a ver desaparecer el auto de Sergio al girar por una esquina de la calle.

Hasta que me Empalague de Ti - YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora