Capítulo 19

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IIIIIIICK!

Se escucha el rechinar de una puerta como si alguien hubiese entrado sin invitación alguna al departamento de Hatano Kibari. Aquel intruso no sospechaba en lo más mínimo que el mismísimo Hatano Kibari acechaba desde la su cocina camuflado entre las ollas.... Observando si se trataba del odioso pastelero Sergio Milandri...... sí, suena ridículo, lo sé. Pero yo... Hatano Kibari, estaba decidido a no dejar que este pastelero me arrastrara consigo a Roma.

— Muchas Gracias Encargada, despertaré a este niño flojo — Se escucha la voz de Sergio en tono de haberse ganado una nueva aliada (la encargada de alquilar los departamentos de todo el edificio). No era de extrañarse ya que aquella mujer era una de las clientes más fieles de la pastelería.

— Cuando necesites Sergio, puedes molestarme siempre que quieras, ya sabes que no puedo resistirme a tus pasteles, me da pena que este chico te tenga tan ocupado — reprocha la encargada.

— Jajajaja — ríe Sergio, haciendo un gesto en señal de despedida y se adentra cautelosamente al apartamento.

"Esto es ilegal", pienso enfurecido.

Sergio entra en silencio dirigiéndose hacia la habitación que al parecer él suponía que era mi dormitorio. Pude notar como Sergio se sorprende al encontrar un gran bulto en la cama y toma impulso para arrojarse encima.

— KIBAAAAAAAAAAAARI!!!! DESPIERTA MY HONEY — grita Sergio presionando las almohadas que había dejado como mi remplazo.

— AHAHAHAAHAHAHA — estallo en carcajadas saliendo de mi escondite — AHAHAHA CAISTE REDONDO, CAISTE!

Sergio se queda sorprendido al verme entrando a la habitación desde mi escondite.

— jajajaja no tienes remedio Kibari — se ríe.

— Ya era hora que yo te hiciese una broma.

— ¿Estuviste esperando en la cocina hasta que llegara, pero cómo?

— Intuición.

— Kibari ajajaja — dice riendo y entre cortando la respiración — ajaja Kibari... jajaja tienes una olla en la cabeza.

— Ah! Waaaa no me había dado cuenta — digo avergonzado quitándola rápidamente.

— Y todavía sigues en piyamas... vamos alístate tenemos que salir antes de que el tráfico nos agarre — dice levantándose de la cama de un salto.

— ¡Pero yo no quiero ir a Roma! — reprocho como niño.

— Vamos a ir! — ordena Sergio acercándose hacia mí.

— ¡¡¡No!!! ¡No te acerques! Tengo una olla y no dudare en usarla — amenazo.

— Que poco ingenio — ríe, pero de pronto se pone serio — Te llevaré conmigo aunque tenga que amarrarte al asiento, además... ¡¿Qué tipo de extranjero no quiere conocer Roma?!

— Yo sí quiero conocer pero admitamos que en estas fechas difícilmente conseguiremos un hotel donde quedarnos, y es peligroso que conduzcas la autopista debe estar repleta de movilidades.

Sergio hace como que no me estuviese oyendo y se dirige a mi armario, toma un gran bolso y mete toda la ropa que encuentra encima.

— OYE! ¿Acaso no entiendes japonés? — le riño.

— No, yo soy originalmente Italiano.

"Claro, no? Solo cuando le conviene".

Hasta que me Empalague de Ti - YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora