Bella Price y Las Reliquias de la Muerte ©

Xenophilius Lovegood

Bella no había esperado que la cólera de Harry se apaciguase durante la noche, por lo que no le sorprendió que a la mañana siguiente se comunicase principalmente con miradas desagradables y silencios mordaces. Ron respondió manteniendo un comportamiento sombrío poco natural en su presencia, Hermione sólo ocupaba de preguntar a Bella cómo fue que surgió la declaración de Harry hacia ella y Bella, por su lado, respondió hasta donde pudo, obviando, claramente, lo que sucedió luego de la conversación dentro de la tienda. De hecho, cuando los cuatro estaban juntos, Bella se sentía como la única no afligida en un funeral al que habían acudido pocas personas. Sin embargo, durante los pocos momentos que Ron pasaba a solas con Bella (recogiendo agua y buscando champiñones en la maleza), Ron se volvía descaradamente alegre.

—Alguien nos ayudó —decía todo el rato—. Alguien envió a esa cierva. Alguien está de nuestro lado. ¡Un Horrocrux menos!

Alentados por la destrucción del guardapelo, se pechichosa debatir sobre las posibles localizaciones de los otros Horrocruxes, y aunque habían discutido el asunto antes con tanta frecuencia, Bella se sentía optimista, segura de que más descubrimientos importantes seguirían al primero. El enfado de Harry no podía estropear su humor optimista: el repentino aumento de su suerte, la aparición de la misteriosa cierva, la recuperación de la espada de Gryffindor, estaba con Harry, y él se comportaba muy atento, cariñoso, contento (cuando Ron y Hermione no lo veían), y por encima de todo, la vuelta de Ron y Hermione, hacía a Bella tan feliz que era bastante difícil mantener una expresión seria.

Al final de la tarde, ella y Hermione escaparon de nuevo de la presencia de los silenciosos chicos, y con el pretexto de registrar los setos vacíos en busca de zarzamoras inexistentes, retomaron el intercambio de noticias. Bella finalmente había conseguido contarle a Hermione la historia completa de los distintos sucesos que habían vivido ella y Harry, hasta todo lo sucedido en el Valle de Godric. Hermione ahora estaba informando a Bella de todo lo que había descubierto sobre el amplio mundo mágico durante esas semanas que había estado fuera junto a Ron.

—... y cómo descubrieron lo del Tabú? —le preguntó a Bella después de explicar los muchos intentos desesperados que hacían los hijos de muggles para evitar al Ministerio.

—¿El qué?

—¡Tú y Harry han parado de decir el nombre de Quien-tú-sabes!

—Oh, sí. Bueno, es simplemente un mal hábito en el que hemos caído —dijo Bella—. Pero no tengo problema en llamarle V...

—¡NO! —bramó Hermione, causando que Bella saltase al seto y que los chicos (en la entrada de la tienda) las mirasen con el ceño fruncido—. Perdón —dijo Hermione, tirando de Bella para sacarla de las zarzas—, pero el nombre ha sido maldecido, Bella, ¡así es cómo rastrean a la gente! Usar su nombre rompe encantamientos protectores, causa algún tipo de perturbación mágica... ¡así es como nos encontraron en Tottenham Court Road!

—Pero hay unas que otras veces que lo hemos usado. ¿Por qué no nos han conseguido entonces?

—Por la unión entre Harry y tú —dijo Hermione rápidamente.

—¿Disculpa?

—Era fácil encontrarnos cuando Ron y yo íbamos pegados a ustedes, estábamos fuera de su conexión. En cambio, estando solos, Protectora y Protegido, era lo más fuerte e impenetrable que se pudiese conseguir, es magia muy antigua.

—Comprendo —dijo, mirando hacia Harry, mientras este le sonrió y le guiñó un ojo—. Aparecieron por qué usamos su nombre...

—¡Exacto! Hay que reconocerles el mérito, tiene sentido. Era sólo la gente que se tomaba en serio lo de hacerle frente, como Dumbledore, la que se atrevía a usarlo. Ahora que le han puesto un Tabú, cualquiera que lo diga puede ser rastreado, exceptuándolos a Harry y a ti, estando completamente solos, pero ahora que estamos con ustedes, sí podrían encontrarnos... ¡una manera rápida y fácil de encontrar a miembros de la Orden! Casi agarraron a Kingsley...