El Ladrón

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Bella abrió los ojos y quedó deslumbrada por el verde y dorado; no tenía ni idea de lo que había sucedido, solo sabía que yacía en lo que parecían hojas y ramitas. Luchando por llevar aire a unos pulmones que parecían aplastados, parpadeó y se dio cuenta de que la luz deslumbrante de colores chillones era la claridad del sol, que se colaba a través de un dosel de hojas a mucha altura sobre ella. Se apoyó en las manos y se puso de rodillas, preparada para enfrentarse a una criatura pequeña y feroz, pero vio que el objeto era el pie de Ron. Mirando alrededor Bella observó que ella, Harry y Hermione yacían sobre el suelo de un bosque, aparentemente solos.

El primer pensamiento de Bella fue que era el Bosque Prohibido, y por un momento, incluso sabiendo lo tonto y peligroso que sería que Aparecerse en los terrenos de Hogwarts, su corazón dio un salto al pensar en escabullirse entre los árboles hacia la cabaña de Hagrid. Sin embargo, en los pocos momentos que le llevó a Ron emitir un gruñido bajo y a Bella empezar a gatear hacia él, se dio cuenta de que éste no era el Bosque Prohibido. Los árboles parecían más jóvenes, había espacios más amplios y el terreno era más claro.

Se encontró con Harry y Hermione, también apoyados sobre las manos y rodillas, junto a la cabeza de Ron. En el momento que sus ojos se posaron sobre Ron, todas las otras preocupaciones volaron de la mente de Bella, ya que la sangre empapaba por completo el lateral izquierdo de Ron y su cara de color blanco grisáceo, destacaba sobre el suelo lleno de hojas. La poción Multijugos ahora estaba desapareciendo. Ron estaba a medio camino entre su apariencia normal y la de Cattermole, su pelo se volvía más y más pelirrojo mientras su cara perdía el poco color que le quedaba.

—¿Qué le ha pasado? —inquirió Bella.

—Se escindió —dijo Hermione, con los dedos ya ocupados en la manga de Ron, donde la sangre era más abundante y oscura.

Bella miró, horrorizada, como abrió con violencia la camisa de Ron. Siempre había pensado que escindirse era algo cómico, pero esto... Sus tripas se revolvieron con desagrado cuando Hermione descubrió el antebrazo de Ron, donde faltaba un gran pedazo de carne, sacado limpiamente como si se hubiera usado un cuchillo.

—Harry, rápido, en mi bolso hay una pequeña botella con la etiqueta 'Esencia de Díctamo...

—El bolso... sí...

Harry se apuró hacia el lugar donde había aterrizado Hermione, agarró el pequeño bolso adornado con cuentas y metió la mano en el interior. Al momento, empezó a tocar objeto tras objeto: sintió lomos de cuero de libros, mangas de lana de jerséis, tacones de zapatos...

—Rápido.

Bella, sintiéndose inútil, se puso de pie, tomó su varita y se colocó al lado de Harry. Apuntó a las profundidades del bolso mágico.

—¡Accio Díctamo!

Una pequeña botella marrón salió zumbando del bolso; la tomó y volvió con rapidez junto a Hermione y Ron, dejando a Harry perplejo.

Los ojos del pelirrojo ahora estaban medio cerrados. Todo lo que se veía entre sus pestañas eran franjas del blanco globo ocular.

—Se ha desmayado —dijo Hermione, que también estaba bastante pálida; ya no parecía Mafalda, aunque su pelo todavía estaba gris en algunas partes...

Harry volvió con ella y con Ron.

—Destápala en mi lugar, Bella, me tiemblan las manos.

Pero a Bella también le temblaban las manos, se notaba por como el líquido se columpiaba dentro del frasco.

—Ven, tranquila —dijo Harry, tomándole las manos, quitándole el frasco con cuidado—. Yo lo hago.

Arrancó el tapón de la pequeña botella, Hermione la tomó y vertió tres gotas de la poción en la herida que sangraba. Un humo verdoso se elevó hacia arriba y cuando se aclaró, Bella vio que la sangre había dejado de manar. Ahora la herida parecía que tuviera varios días; una piel nueva se estiraba sobre lo que un momento antes había estado en carne viva.

Bella Price y Las Reliquias de la Muerte ©Where stories live. Discover now