XIX

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~Gerard's POV~

Desearía poder recordar el momento en que mi vida se fue a la mierda, pero han sido tantas las veces que he tocado fondo que ya no se cual fue el punto de quiebre en que preferí ya no salir del hueco.

Siempre pensé ser un mediocre, alguien que perdía el tiempo con sus pinturas y trabajo, toda mi vida fui mi peor crítico, pero que él se atreviera a decírmelo en mi cara creo que detonó algo dentro de mi cerebro, tal vez mi cordura por fin me abandonó y la ira se me fue de las manos.

No pude soportar escucharlo decir eso cuando actualmente es la única persona que me daba ánimos de seguir adelante; pero nada justifica haberle puesto tan siquiera un dedo encima... no solo soy un mediocre, soy un monstruo.

De todas las veces en que me he odiado a mi mismo creo que esta es la más dolorosa, porque no solo me he herido a mi sino a él también.

¿como fui capaz de hacerle eso?

Sus palabras retumban en mis oídos una y otra vez, empiezan como susurros y después se convierten en gritos que martillan mi cabeza hasta dejarla hecha pedazos.

Siempre, desde muy joven, buscaba la manera de callar esos pensamientos y esas voces que me ordenaban hacer cosas malas, que me repetían una y otra vez la mierda que era; encontré la solución en el alcohol y aprendí a ahogar esas voces, tal vez por eso no es sorpresa que haya terminado en un bar ingiriendo cantidades letales de licor. Después de todo ¿a quien le importa?

— Oye amigo,– Alguien toca mi hombro y solo entonces me despierto del sueño en el que parecía estar.– Tal vez debas responder.– Señala mi teléfono que está sobre la barra, el nombre de mi hermano se ilumina en la pantalla pero yo no tengo ganas de hablar con él.

Se supone que hoy íbamos a vernos, le iba a decir que no iba a ir con él a ningún lado, que había encontrado mi motivo para quedarme... pero todo había cambiado en solo cuestión de minutos, lo arruiné todo como siempre lo hago.

Apago el teléfono porque ya no quiero ser interrumpido, tal vez debía ir donde Mikey y decirle que me lleve lejos de aquí, tal como Frank me lo pidió, pero la verdad es que no hay lugar suficientemente lejos en el planeta que me aleje de las cosas que he hecho, no puedo huir de mi mismo y la realización de aquello me mata.

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Abro los ojos lentamente y lo primero que veo frente a mi es la silueta delgada de mi hermano. Me cuesta acostumbrar mis ojos a la luz del día, por lo que me toma unos segundos darme cuenta que en su rostro hay una mueca de disgusto.

— ¿Cuánto más, Gerard?– Me pregunta y mi respuesta es un gruñido, la cabeza me duele, mi boca está seca y no estoy de humor para sus preguntas incompletas.– ¿Cuánto mas vas a hacerte daño? ¿A seguir con esta vida?– Tira al suelo las botellas de cervezas y las jeringas.

Cuando el estrepitoso sonido hace eco en la habitación me doy cuenta lo que he hecho.

Cinco años limpio echados a la basura.

— Solo fue un resbalón, no volverá a pasar.– Me excuso mientras trato de levantarme de la cama pero mis piernas no responden.

— Toda tu vida ha sido un constante "no volverá a pasar" y míranos, veinte años después, nada ha cambiado.– No respondo, mi vida parece ser tragada por un agujero negro, y aunque aveces me da miedo saber qué hay en el fondo debo admitir que con el pasar de los años solo quiero llegar al final, no me importa que me espera ahí abajo.

Mikey se sienta en el borde de la cama y me mira en forma de súplica.

— Vámonos, Gerard.

— No.– Sé que es lo mejor para mi, y sé que Frank me lo ha pedido porque ya no quiere verme. Pero aún así no puedo hacerme a la idea de dejarlo atrás.

No quiero ser un cobarde y huir de mis errores como lo he hecho toda mi vida, quiero quedarme aquí aún cuando se que él no me quiere ver jamás, quiero quedarme aún cuando no hay nada para mi en esta ciudad.

Mikey parece cansado de discutir conmigo, por primera vez la única persona que creía en mi se ha dado por vencida conmigo, soy un caso perdido y finalmente se ha dado cuenta. Verlo tan triste por mi culpa me causa un sabor amargo en la boca, o tal vez es solo un síntoma de la droga; pero ¿que espera él de mi? Solo soy un drogadicto sin futuro, tal como lo dijo Frank. Prefiero quedarme aquí y morirme solo antes que tener que ver la decepción en sus ojos cuando se de cuenta que jamás voy a cambiar.

Finalmente, después de un gran silencio, Mikey se va sin decir una sola palabra, lo cual me parece bien, pues no quiero despedidas ni abrazos ni nada, solo quiero estar solo, solo quiero desaparecer de este infierno.

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Heavy Dirty Soul |Frerard|Where stories live. Discover now