XX

169 26 0
                                    

Jamás pensé que podría arrepentirme tanto de mis palabras.

Cuando le dije a Gerard que se fuera lejos no contaba con que fuera a hacerme caso y de un día a otro puf, desapareciera de mi vida sin dejar rastro.

Esta mañana nos enteramos que no era más un docente de la universidad, no se nos fueron dados detalles ni nada al respecto pero yo sabía lo que había pasado.

Él se fue por mi culpa.

Estaba muy abrumado con todo lo que estaba pasando, una infinita culpa me inundaba el pecho, tal vez con mis palabras lo llevé al límite y finalmente tuvo que explotar.

— ¿Qué te pasa?– Escucho la voz de Thomas preguntarme en un susurro. Entonces me volteo y lo encuentro mirándome fijamente.

— ¿Qué?– Digo atónito y él chasquea la lengua mientras gira los ojos.

— Últimamente luces como una mierda.–Debo admitir que esto es lo más interesado en mi que le he visto jamás.

— Solo estoy cansado.

— ¿De qué estás cansado?– Pregunta mientras se levanta de la cama y se vuelve a vestir con la ropa que está tirada por el suelo.

— Es por la universidad, no tienes que preocuparte.– Le miento y me giro sobre la cama dándole la espalda.

— No me preocupo por ti.– Dice y siento como que algo se rompe en mi interior.– Es solo que estoy harto de verte con esa cara de perro moribundo por toda la casa.

— Bueno pues lo siento, vas a tener que acostumbrarte.– Estoy a punto de explotar y pierdo la cabeza completamente cuando escucho una carcajada salir de sus labios.

— Eres solo un mocoso idiota,– Me mira con una sonrisa en el rostro mientras se acomoda la corbata y yo desearía poder estrangularlo.– Vas a tener que cambiar esa actitud... estoy cansado de escucharte llorar por las noches y que te encierres en el baño a hacerte daño.– Señala mis muñecas y ahora más que nunca quisiera morir.

— Déjame en paz, ¿si? Este no es tu problema.– Me levanto de la cama y ni siquiera me detengo a recoger mi ropa, solo quiero irme porque mi cara se cae de vergüenza.

— Tú eres mi problema, hijo de puta. ¿O ya te olvidas que soy yo quien te da todo lo que tienes?– Me sostiene del brazo antes de siquiera poder salir de la habitación.

— Déjame.– Le suplico con las lágrimas a punto de salirse de mis ojos.

— Cuando tengo sexo contigo quiero que tengas energía, quiero que grites y llores y supliques, no quiero tener sexo con un puto muñeco que ni siquiera se queja cuando lo golpeo.

— Pues búscate otro entonces, estoy harto de fingirlo todo.– Me deshago de su agarre y salgo corriendo a mi habitación pero él es más rápido y de un manotazo hace que me caiga al suelo.

— ¿Es así como me pagas? ¿Después de todo lo que te he dado ahora solo me pides que me busque otro? Como si fuera tan fácil encontrar a otro idiota que acepte ser tratado como una mierda.– Pone su pesado pie sobre mi espalda y la hace crujir.– Dime, Frank, ¿A donde vas a ir?

— Déjame en paz.

— ¿Piensas que otro te va a dar lo que yo te doy?.– Me toma de los cabellos y tira de ellos arrastrándome hasta llegar a mi habitación.– ¿Qué va a ser de tu vida sin mi? ¿Es que no lo entiendes?– Me suelta bruscamente cuando llegamos y mi cuerpo queda hecho un ovillo sobre el suelo.– Solo sirves para tener sexo, Frank, solo sirves para que te cojan y que te golpeen.– Veo su silueta moverse por la habitación, tengo miedo de aquello que me va a hacer.– Ya me cansé de ti.– Me da un puntapié en la boca del estomago mientras estoy tirado en el piso.

Heavy Dirty Soul |Frerard|Where stories live. Discover now