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De alguna u otra forma logré convencer a Thomas de dejarme asistir a las clases de Mr. Way durante todos los sábados que quedaran del ciclo escolar. No podía creer lo comprometido que me había vuelto con estas sesiones, al principio solo para escaparme de Thomas y ahora son tan necesarias para devolverle un poco de cordura a mi asquerosa vida.

Otra cosa que no pude evitar fue que una gran admiración creciera hacia Mr. Way semana con semana, realmente era un hombre talentoso, estaba enamorado de su trabajo como pintor y su esfuerzo por hacer de nosotros mejores artistas. Aquellos quince minutos que charlábamos al final de la clase, solo él y yo, lo eran todo para mi, vivía cada horrible semana esperando sólo aquellos minutos en que compartíamos anécdotas, pensamientos o incluso el silencio.

Pero no todo era color de rosas, claro; sin contar el hecho de que cada sábado tenía que terminar rodeado de los sudorosos brazos de Thomas en mi cuerpo desnudo, también estaba el hecho de que él aún hacía de mi lo que se le diera la gana.

Cómo está última semana en qué tuvo que viajar a Miami por una junta de trabajo, y claro que tenía que llevarme con él en su destructivo afán de dejar bien en claro que yo le pertenecía y que él "no podía vivir sin mi" aunque eso significase dejarme abandonado en el cuarto de hotel todo el día, aveces sin comer, con las cortinas todas cerradas, sin saber si era de día o de noche, realmente volviéndome loco.

Maldito bastardo, me había hecho perder una semana de clases solo por su puto capricho, y ya era costumbre en él. Les llamaba "vacaciones improvisadas" aunque el único que realmente parecía disfrutar toda esta mierda era él; dejaba muy en claro que mi educación no le importaba porque al final de cada ciclo llegaba con un cheque al director asegurando mi pase de nivel. ¿Había algo más humillante? Pues no; entonces ¿Por que sigo yendo a clases? Porque puedo dejar de verle la cara.

Después de un largo y cansado viaje llegamos a New York a la media noche del viernes, por la tarde tuve la valentía de irme de casa sin decirle nada al orangután que dormía aún plácidamente en su habitación, después de todo el trato ya estaba hecho, el dijo que yo estaba permitido a ir a las clases los sábados, y además creo que me merecía un descanso lejos de él.

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Media hora de retardo tenía cuando entré al edificio, subí las escaleras casi a tropezones pero para cuando llegue el aula esta estaba cerrada, supuse que subieron más temprano de lo normal a la azotea, pero cuando subí me encontré solo con un paisaje oscuro que auguraba una fuerte tormenta.

En estos momentos desearía tener un teléfono celular, pero ese era otro privilegio que Thomas no me dejaba tener aún.

Me encontraba bajando las gradas totalmente resignado a pasar la tarde en algún parque cerca de aquí, de todas formas no tenía dinero, pero regresar a casa no era una opción. Tal vez podría caminar hasta...

— ¿Frank?– Una voz familiar llamó mi nombre y entonces levante la cabeza para verlo.

Llevaba el pantalón de un pijama de color celeste y una camiseta con el logo de Nirvana, sobre sus hombros una bata negra que probablemente se puso para esconder el hecho de que no se había cambiando de ropa en todo el día; en su rostro unas gafas grandes y oscuras ocultaban la mitad de su cara.

De no haber sido por su cabello rojizo jamás hubiera pensado que ese hombre parado frente a mi era Mr. Way, sin duda alguna había dejado su sentido de gusto en la casa. Nada que ver con el fabuloso maestro que impartía clases en una universidad prestigiosa.

— ¿Qué haces aquí?– Me pregunta desconcertado pero a la vez mostrándome esa hermosa sonrisa que tiene.– Las clases de hoy se cancelaron.

— Yo...– Tartamudeo y no puedo ordenar mis ideas lo suficiente como para decir algo coherente, su aspecto me había dejado sin palabras.

Heavy Dirty Soul |Frerard|जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें