XI

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Llevo dando vueltas en el corredor algunos minutos que sinceramente se siente como horas. He buscado las agallas en el fondo de mi para venir hasta la oficina de Mr. Way a pedirle disculpas, me he arrepentido cinco veces pero sigo de pie aquí afuera esperando lo mejor.

Murmuro una posible disculpa pero la verdad todo lo que se me ocurre es una mierda, no hay palabras que puedan expresar lo arrepentido que me sentía.

De pronto cuando me acerco a la puerta para finalmente entrar puedo escuchar unas risillas salir desde el interior de su oficina, y no quiero ser un entrometido, lo juro, pero no puedo evitar pegar el oído a la puerta.

— Mr. Way es usted tan... amable.– Una risilla insoportable, demasiado conocida para mi.

— Es mi trabajo, ¿sabes?– Más risas, de pronto siento como mi cara se vuelve roja y empieza a quemar.– Bueno, Jamia, por mucho que me gusta tu compañía creo que deberías irte.

— Es triste que el curso de apreciación del arte haya terminado ya,– Me arriesgare a decir que su voz tiene un tono seductor que no me agrada para nada.– me encantaba tanto verlo fuera de clases.

— Tal vez el siguiente ciclo puedas ir nuevamente.– No se si era incomodidad lo que sentía en el tono de Gerard o en verdad le estaba siguiendo la corriente.– Creo que ahora es mejor que te vayas.– Escucho sus pasos acercarse a la puerta y como instinto natural salto lo más lejos de ahí.

Para cuando la puerta se abre yo finjo estar pasando de manera casual, entonces la mirada de Jamia se cruza con la mía y puedo ver sus mejillas enrojecer, murmura una despedida y después nos deja solos a Mr. Way y a mi.

— ¿Ahora me espías?

— ¿Ahora seduces a alumnas?– Puedo ver su cara de enfado, sé que quiere cerrar la puerta en mi cara y no lo culparía.– Lo siento– Digo y tras esto él hecha un gran y largo suspiro.

— ¿Qué quieres?– Creo que he sido demasiado idiota con él y es tiempo de disculparme.

— Solo hablar, lo prometo.

Abre de par en par la puerta de la oficina y se hace a un lado invitándome a pasar, por alguna razón me siento nervioso cuando finalmente entro y no es para menos, Gerard cierra la puerta tras de mi y se sienta en su escritorio, se desata un poco la corbata y me mira expectante a lo que tengo que decir.

— No es fácil, ¿bien?– Explicó mientras me siento frente a él y me encojo de hombros, ¿por donde empezar?– Yo...– Nunca me he sentido realmente avergonzado con alguien, nunca he pedido disculpas reales así que me siento un completo tonto ahora.– Lo siento, no debí decir esas cosas tan feas.

— Debes tener tus razones.

— La verdad solo estoy cansado de ser tomado como una víctima y nada más, por un momento me hiciste pensar que yo valía algo, que valía la pena estar conmigo y que era digno de ser amado... pero...

— ¿Pero?.– Levanta una ceja completamente confundido, también está molesto y eso lo noto por el ceño fruncido en su frente.

— Pero todo fue un error.– Gerard aparta sus ojos de mi y suspira dramáticamente.

— Cuando te invité a mi clase no fue por lástima, lo hice porque vi potencial en ti, y cuando te conocí me di cuenta que eres mucho más que un simple estudiante.

Se levanta y empieza a dar vueltas por la habitación, como tratando de encontrar las palabras correctas.

— Realmente me gustas.– Me siento hundir en la silla, mi corazón palpita fuertemente y no si estar feliz o triste porque esta es la parte en la que viene un "pero"– pero soy tu profesor.

— ¿Que clase de excusa barata es esa?– Estoy molesto porque sé muy bien que esa no es la razón por la me quiere alejar de él.– Al menos dime la verdad

Me mira unos segundos antes de hablar y tras un suspiro finalmente lo hace.

— Estás con una persona que te trata como una mierda.– Dice con ira, pero no está molesto conmigo sino con la verdad.– y me siento tan inútil cuando veo tus golpes y no puedo hacer nada, no sabes como quisiera sacarte de todo esto.

Gerard ingenuamente piensa que puede salvarme de este infierno, y me pregunto si quisiera estar conmigo aun sabiendo que no hay salida... creo que ha llegado la hora de decir la verdad, decirle todo desde un principio, desde el momento en que mi vida empezó a hacerse mierda y ya no hubo vuelta atrás.

Le pido que se siente porque tengo algo que contarle, el asiente y tras acomodarse en su silla yo le cuento detalladamente todo, desde mi vida en el orfanato hasta el horrible día en que conocía a Thomas, sin omitir el tipo de circunstancias en las que lo hice... jamás había hablado de esto con nadie y recordar todos estos años de maltratos y sufrimiento me hizo revivir el miedo que solía sentir, el vacío y la desesperación. Para cuando termino de contarle a Gerard mi historia me doy cuenta que estoy bañado en un mar de lágrimas y él no puede hacer más que mirarme con la mandíbula abierta por tanta información que le acabo de revelar.

Tal vez Gerard ya se ha dado cuenta que Thomas se rodea de gente poderosa, y eso incluye a traficantes, jefes de la mafia... incluso tiene comprada a la policía y jueces, eso me hace imposible librarme de esta situación porque aún cuando quisiera hacerlo ¿a quien puedo recurrir?

— Entiendo que no quieras verme más, es un peligro estar conmigo.– Le digo llorando mientras el permanece en silencio, ni siquiera puedo verle a los ojos.

De pronto siento sus brazos enredarse a mi cuerpo e instintivamente me hundo en su pecho para sentir el calor de un abrazo verdadero... diablos, extrañaba tanto su tacto.

— Lo siento tanto, Frank.– Con sus manos acaricia mi cabello hasta que finalmente me calmo, mi llanto eventualmente se vuelve un silencioso sollozo, entonces él vuelve a hablar.– No lo sabia, Dios, no sabía nada de eso, debes disculparme.

— No tengo nada que disculpar,– le miro a los ojos mientras el está sentado al borde del escritorio y yo en la silla.– tu solo buscabas lo mejor para mi y yo fui un idiota.

Lo veo fijamente y puedo notar la preocupación en su rostro, está lleno de ansiedad y confusión y lo sé porque me he sentido así antes.

— Jamás te obligaría a seguir con esto, como ves mi vida es una mierda y quien realmente podría salir lastimado eres tú, Thomas es un psicópata.

Gerard me mira, y se aleja de mi un poco para pensarlo, se pasa las manos por el cabello de forma nerviosa y voltea de vez en cuando para verme, tal vez piensa que quiero una respuesta pero la verdad es que ha sido demasiado por hoy, y no la necesito.

— Piénsalo.

Tomo mis cosas y tras una sonrisa fingida me marcho.

Heavy Dirty Soul |Frerard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora