XV

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Estaba confundido, molesto, triste pero sobre todo estaba muy ebrio cuando salí de la habitación de Jamia corriendo sin saber realmente a donde me dirigía, solo quería salir de ahí en cuanto antes, ya no lo soportaba más.

Gerard había visto desnuda a Jamia y eso me llenaba de ira.

¿Por qué jamás lo mencionó?

Y ahora esa conversación que escuche hace meses en su oficina retumbaba en mi cabeza, ¿y si pasó algo más? ¿Y si no era yo el primero?

Fui tan estúpido para enamorarme de alguien como él, que solo quería sexo y nada más, alguien que fingía preocuparse por mi para llevarme a la cama como si fuera un objeto.

Me siento sucio y no puedo evitar llorar a mares mientras camino por la carretera lejos de la casa de Jamia, lejos de la música y las personas.

Necesita verlo, y que me explique todo porque este amor que siento me está matando, ya no puedo continuar con esto si él solo me ve como un juego y nada más.

Paro un taxi y le doy la dirección del departamento de Gerard, en ese momento recuerdo que tenía "planes" y no me ayuda nada que me cabeza se imagine que esos planes son estar con otra persona que no soy yo, de solo pensar que esta cogiendose a otra persona el corazón se me rompe en mil pedazos así que para cuando llego a su departamento estoy hecho un mar de lagrimas pero a la vez lleno de ira.

Toco la puerta varías veces sin detenerme, gritando su nombre por lo alto para que pueda escucharme.

— ¿Estas loco?– Me empuja hacia el pasillo y cierra la puerta tras de él.– ¿Estás ebrio?

— Cállate.– Le digo señalándole con el dedo.– Yo hago las preguntas.

— No es buen momento, debes irte.– Trata de echarme de ahí pero yo me resisto.

— ¿Te acostaste con Jamia?– Entonces deja de forcejear y me mira perplejo.

— ¿Qué?

— Sé que la pintaste desnuda, ¿Por qué no me lo dijiste?– y vuelvo a llorar, esto de estar ebrio me pone realmente sensible.– ¿te acostaste con ella?

— Hablaremos de esto mañana ¿si? Este no es buen momento.– Me toma por el hombro muy fuertemente y me arrastra por el pasillo.

— ¿Te acostaste con ella o no?– Le grito exigiendo respuestas pero él me ignora mientras presiona el botón del ascensor.

— ¿Todo bien?– De pronto un hombre abre la puerta de su departamento y se acerca a nosotros.

Era un hombre alto, rubio y de ojos claros, muy guapo a decir verdad, pero lo que me hizo enfurecer al verlo fue el hecho de que traía puesta la camiseta de Madonna de Gerard.

¿Por qué este sujeto traía puesta la ropa de Gerard?

Entonces note también que su cabello estaba mojado, probablemente se había dado una ducha.. oh Dios, estaba tan molesto.

— ¿También te lo follas a él?– Le pregunto señalando al hombre que acaba de salir al pasillo.

— Todo está bien, dame un minuto.– Gerard se dirige a él fingiendo una sonrisa como si nada estuviera pasando, como si yo no estuviera junto a él bañado en lágrimas y exigiendo explicaciones.

— Pues él no parece bien.– El rubio me señala a mi y cuando lo hace tengo un gran deseo por romperle la cara, ¿quien se cree que es?

— Mikey, esto es un malentendido...

Mientras Gerard le trata de explicar la situación al sujeto yo siento la necesidad de irme, de desaparecer de ese lugar y de todo el planeta si es posible... ya no puedo esperar al ascensor, entonces mientras los dos discuten en el pasillo yo me libro del agarre de Gerard y trato de salir corriendo por las escaleras; pero mi intento de escapar se ve frustrado cuando tropiezo y caigo.

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Me despierto en la habitación de Gerard y siento que mi cabeza va a explotar, quiero pedirle ayuda pero entonces escucho los murmullos que vienen de la sala y decido quedarme en silencio.

— No puedo creerte, Gerard, en serio.

— Mikey, por favor...

— ¡Es un niño!

No es un niño, ¿bien?

— Es veinte años menor que tú, ¿en qué estabas pensando?

— No lo sé.– Gerard responde en un murmullo y siento un dolor en el pecho.

Entiendo que los chicos como él te pueden dar buen sexo, pero las cosas se te están saliendo de las manos ¿no crees?

— Puedo manejar las cosas, lo juro.

— Pues no parecía que manejaras bien las cosas hace rato.– Hay un silencio entre ellos dos y escucho al otro sujeto suspirar.– Te vas a meter en problemas si sigues dejando que tus alumnos vengan hasta tu departamento a montarte escenas de celos.

— Manejo mis asuntos con mucha cautela, esto no se va a repetir.

— Ese chico está enamorado de ti.– Gerard lanza al aire una carcajada sarcástica.– Mírame a los ojos y dime si puedes asegurar que no está enamorado de ti.– Hay un silencio incómodo y dentro de mi ruego porque Gerard diga algo, tan siquiera una palabra.– Eso pensé.

No me gustaba para nada el rumbo de esta conversación, pero por otro lado no podía evitar seguir oyendo.

Debes deshacerte de él.– Le dice el rubio y yo siento que mi corazón se hunde en mi pecho.

Oh, vamos...

— ¿O es que acaso tú también te enamoraste?

— No digas tonterías ¿si? Me conoces Mikey.

— Entonces termina esa relación cuanto antes.

— Si, bueno, tal vez lo haga.

Tal vez si Gerard no viviera en uno de los últimos pisos saltaría por la ventana y saldría huyendo lo antes posible de este lugar. No lo soportaba ni un minuto más, estaba harto de escucharlo hablar de mi como si fuera solo un tonto "niño" que le sirve para tener sexo... Ya era el puto juguete de Thomas y no iba a soportar ser el juguete de Gerard también.

— Bueno y... ¿Estás limpio?– otro silencio, uno largo y doloroso.

Bueno, yo... si, yo... bueno...– Gerard balbucea cosas sin sentido dandole vueltas al asunto. Entonces escucho la voz del otro sujeto, ya no está enojado, más bien suena triste.

Ven a vivir conmigo, por favor.– Parece ser que la oferta no solo me sorprendió a mi sino también a Gerard que se ha quedado callado un buen tiempo.Te amo, Gerard, y ya no quiero que estés aquí destruyéndote a ti mismo, ven conmigo, yo te ayudaré.

— ¿Podemos hablar de esto mañana?El rubio suspira de forma dramática y su tono de voz molesto vuelve a aparecer.

— Si, tienes razón, debes encargarte de ese problema que tienes ahí dentro.

— Mikey...

— Es mejor que me vaya a un hotel.

— Por favor, no, quédate aquí yo...

Se escuchan pasos y eventualmente el sonido de la puerta cerrarse me indican que Gerard está solo ahora; al fin puedo irme de aquí.

— Me voy.– Le digo abriendo la puerta de su habitación de un solo golpe, él aún está parado en la entrada, tal vez esperando que su "amigo" vuelva.

— ¿Cuanto llevas ahí?

— ¿Importa?

— Pues no realmente.– Abre la puerta de la entrada y me invita, nada amablemente, a salir.– Ya vete.

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Heavy Dirty Soul |Frerard|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt