XVII

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Una semana entera ha pasado sin saber nada de Gerard, no lo he visto en los pasillos y he evitado a toda costa ir a sus clases, pero aún cuando quiero alejarme de él parece que el destino se burla de mi.

Era tarde ya, me había quedado en la biblioteca matando el tiempo hasta tener que encontrarme con Ray a la salida del instituto, y justo cuando me dirijo hacia la puerta lo veo a él, subiéndose en el auto del rubio con el que estaba la otra noche, me pregunto si solo es cuestión de días hasta que se vaya a vivir con él y abandone esta escuela, esta ciudad y a este perdedor que aún lo ama.

La sola idea de pensar que realmente podría irse me destrozó, y no pude evitar encerrarme en uno de los baños a llorar por casi una hora.

¡Mierda!

Me hizo recordar todas las veces de mi vida en que alguien que yo necesitaba me dejó solo, primero mis padres, luego Bob y ahora la historia se iba a repetir con Gerard. Me sentía una basura inútil a la cual las personas solo utilizaban y desechaban como un objeto.

La verdad no sé porque diablos me importa siquiera, una parte de mi lo odia por las cosas que dijo y otra parte de mi lo extraña tanto que me siento morir solo de pensar que no lo volveré a ver jamás.

Si ya de por si mi depresión era grande, ahora se ha vuelto un hoyo enorme y abismal que me come por dentro. Es solo cuestión de tiempo hasta que explote.

— ¿Dónde estabas?– Es lo primero que escucho cuando entro a casa. La voz ronca de Thomas solo indica que ha estado bebiendo y yo no puedo hacer más que paralizarme en medio de la puerta y tragar en seco.

— Estaba haciendo tarea en la biblioteca y se me hizo tarde.– Le digo mientras lo veo acercarse hacia mi con paso firme.

— No me mientas, Frankie.– No respondo porque me siento congelado de miedo, él se para frente a mi y me inspeccionada de arriba a abajo, como si estuviera buscando algo.– ¿Acaso me estás engañando?

Pregunta de pronto y yo niego con la cabeza, jamás esa pregunta me había dado tanto miedo como ahora, porque por primera vez la respuesta era una mentira.

— Solo estaba haciendo tarea.– No satisfecho con esta respuesta me agarra por el cuello de la camisa y me empuja hacia dentro de la casa, cierra la puerta tras de él y tira mi cuerpo sobre la pared. Se acerca un poco más y me olfatea como si fuera un perro mientras yo me estremezco con su acción.

Deja pequeños besos de vez en cuando y también me propina fuertes mordidas que dejan mi piel color púrpura. — ¿Me has estado engañando, Frankie?– Me dice de pronto y aún cuando sé que es una pregunta su tono de voz parece afirmar aquello.

— Jamás haría eso.– Mi voz se quiebra y el sudor baja por mi frente. Estoy nervioso y tengo miedo.

— Sabes que te mataría si me engañas, ¿verdad?.

—Lo sé.– Quiero llorar cuando escucho esas palabras salir de su boca.

— Yo te mataría, Frank.– Toma mi pequeño cuerpo y lo pone de cara contra la pared, dejándome de espaldas hacia él, rápidamente desabrocha mi cinturón y baja mis pantalones hasta mis rodillas dejándome expuesto para él.– ¿Has estado con otro hombre?– Pregunta y yo niego con la cabeza porque no puedo hablar, mi mejilla está presionada contra la pared. Solo puedo sentir los huesudos dedos de Thomas recorrer mis muslos.

— No... Thomas...– Alcanzo a decir cuando introduce uno de sus dedos en mi interior, sin lubricación, sin paciencia, sin nada.– Aah.– Gimo de dolor porque me está lastimando.

— Oh... No estás tan estrecho como pensé.

— Lo hicimos hace dos noches,– Le recuerdo como si él no lo supiera ya, como si no recordara haberme hecho sangrar la ultima vez que estuvimos juntos.– Para, por favor.

Heavy Dirty Soul |Frerard|Where stories live. Discover now