Capitulo 8.

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Capitulo 8. (Mini maratón).

Busco las llaves de casa en todos mis bolsillos, pero no las encuentro.
Camino de vuelta al auto y las busco con la mirada, pero nada.

-Diablos.

Maldigo al darme cuenta que las olvidé esta mañana.
Caminó hasta la entrada de mi casa y por alguna razón me quedo inmóvil para observarla detenidamente.

*Flash Back.*

Camila: ¿Y esto para qué es?.

Me pregunta viendo las llaves que le acababa de entregar en sus manos.

Había pensado mucho en si hacer esto o no, de hecho, pedí ayuda y opiniones tanto a mi familia, como a la de ella. Si le pedía matrimonio, antes debíamos de tener un hogar estable, ¿No es así?.

-Es una sorpresa.

Camila: Por dios, Lauren. -se quejó guardando las llaves en su bolsillo y comiendo un trozo de pizza.- Desde que llegué me haz llenado de sorpresas.

-Suena como si me culparas por algo. -rodé mis ojos.- Estuviste lejos por un año, Camz.

Camila: Y es porque..

-Porque terminabas tu carrera, lo sé.

Camila: De acuerdo tu ganas. Quiero mi sorpresa ahora mismo.

-Hay que ir a ella.

Camila: ¿Qué?. -gruñó.- No, estoy comiendo. Ve a buscarla y tráela aquí.

Reí y la miré fijamente, esperando que cediera. Lo que sucedió solo segundos después.

Camila: ¡De acuerdo!. -se levantó, cogiendo la caja de pizza con solo los bordes como restos y los tiró a la basura.- Vamos, Jauregui.

Me levanté y tomé su mano, caminando hacia la salida de la pizzería.

Camila: Sabes que estás abusando de esos preciosos ojos que tienes, ¿Lo sabías?.

-Quizás... -solté su mano y busqué la tela negra en mi bolsillo para cubrir sus ojos.- Y solo por haber dicho eso te cubriré los ojos.

Camila: Ugh. -se quejó mientras se dejaba cubrir los ojos.- espero que sea una buena sorpresa.

Veinte minutos más tarde nos encontrábamos fuera de la hermosa casa que elegí hace unos días con ayuda de Sinuhe.

Bajé del auto, para rápidamente rodearlo y abrirle la puerta a mi, por el momento, novia.

Sujeté su mano con cuidado, ayudándola a bajar y la guié hasta el mejor punto para ver la casa.
Me situé tras de ella y comencé a quitar la tela de sus ojos. Cuando lo hice tomé su mano, y me quedé a su lado.

Camila: No entiendo.. ¿Qué...

Se detuvo y sus ojos se abrieron muy grandes. Llevó su mano a su bolsillo y tocó las llaves, quedándose totalmente quieta.

Camila: Ay por Dios.

Dijo con su voz aguda y temblorosa, mirando impresionada la casa. Nuestra casa.

Camila: Ay por Dios.

Repitió, esta vez mirándome con sus ojos llenos de lagrimas.

Camila: Ay por Dios, Lauren.

Dijo por última vez antes de lanzarse frenéticamente a mis brazos, saltando un poco y rodeando mi cintura con sus piernas.

-¿Eso es un sí?, ¿O aún tengo que preguntártelo?.

Ours Mistakes. DFM 2da Temp. «Camren»Onde histórias criam vida. Descubra agora