Ours Mistakes. DFM 2da Temp. «Camren»

Capitulo 43.

Capitulo 43.

*POV Lauren*.

Besé la frente de mi hija que estaba sentada en el sofá, y coloqué mi chaqueta, caminando hacia la puerta.
Salí de casa escuchando como Camila me llamaba desde dentro, quizás para preguntarme a dónde iba, pero yo no quería hablar con ella, porque estaba tan enojada conmigo misma por haberle dado una bofetada, que no quería ni siquiera mirarla a los ojos por la gran vergüenza que sentía.
Quería llorar por haber sido vencida por el impulso, había actuado como una verdadera idiota.
No podía seguir así, porque mi mente me estaba torturando y me manejaba.

Me subí a mi moto y me coloqué mi casco con furia.
Suspiré y arranqué, yendo hacia el hospital, no porque me ocurriera algo, sino porque quería mi trabajo de vuelta.

"Salimos corriendo cuando nos hacen daño.."

Apreté mi mandíbula con fuerza al escuchar las palabras de Lucy llegar a mi cabeza, logrando que un montón de imágenes y palabras me comenzaran a atormentar.
Aceleré un poco más, intentando el el ruido de la moto me ayudara a sacar todos los recuerdos de mi mente, esperando que no volvieran nunca más.

Salí de mis aterradores pensamientos cuando sentí una bocina justo al lado de mi oído, asustándome.
Frené de golpe y miré a mi alrededor, tratando de averiguar en dónde estaba.

Volví a acelerar y entré al estacionamiento del hospital, aparcando y respirando profundo, calmándome.
Debía dejar de pensar para que no me ocurriera algo realmente malo y terminara junto a Lucy.

Me bajé de la moto y caminé hacia la entrada del hospital mientras sacaba mi casco y arreglaba un poco mi cabello para estar un poco más presentable.
Entré a emergencias y me quedé allí, viendo como los médicos iban de un lado a otro, hasta que me topé con la mirada de Demi.
Bajé la mirada de inmediato, sintiendo como si estuviera completamente expuesta ante su mirada, estaba muy insegura de lo que los demás pudieran ver solo por mis ojos.

Demi: Hola, Lauren.

-Ho.. hola.

Demi: ¿Te sientes bien?, ¿Por qué estás aquí?.

-Yo.. yo..

Demi: Tranquila Lauren, todo está bien. Respira.

Asentí y levanté la mirada, respirando como ella me lo había dicho.

-Yo.. yo quería saber si.. si aún está el puesto para yo poder trabajar.

Demi: Sí, Lauren. -me sonrió.- Aún está el puesto.

-Me.. me gustaría.. volver a trabajar.

Demi: Por supuesto. -puso su mano sobre mi hombro.- Pero necesito que no vuelvas a cometer los mismos errores que antes, porque de lo contrario no te daré esta oportunidad otra vez.

-De.. de acuerdo.

Demi: Puedes comenzar a venir desde el Lunes, porque.. no te veo muy bien. Estás muy insegura, y no me gustaría que vinieras a trabajar de esa forma.

-Lo siento..

Demi: Está bien.

Acarició mi brazo de arriba abajo, logrando que me tranquilizara un poco y coordinar mis palabras.
Ella me sonrió por última vez y se fue a atender a una mujer.

Caminé hacia la salida, sintiéndome con esa pequeña felicidad que antes se encontraba cada día en mi.
Sabía que estaba mejorando de a poco, y esperaba que es unos días más me mejorara por completo, para poder dejar todo lo que sucedía como un simple recuerdo, porque no quería seguir así.

Me subí a la moto ahora con dirección al cementerio, al que llegué en tan solo 10 minutos.
Me encontraba temblando, tal vez por los nervios o por la enorme sensación de sentirla cerca.

Caminé con cuidado por los pequeños senderos que me llevaba a la lapida de mi mejor amiga y me quedé parada frente a ella sin saber qué hacer, si sentarme o quedarme parada, pero terminé acostada mirando hacia el cielo, con la esperanza de que pudiera escuchar su voz, lo que claramente, no pasó.

-Hola, Lu.

Susurré con nostalgia, recordando cada último momento con ella, destruyéndome internamente como hace un tiempo ya llevaba haciendo.
Cerré mis ojos y suspiré, tratando de sentir lo más posible su presencia, o al menos imaginarme su presencia, porque me estaba volviendo una psicótica, que ya no tenía idea de lo que era real y lo que no.

-Te extraño, Lucy.

Mordí mi labio y abrí mis ojos, derramando mis acumuladas lagrimas, estas cayendo por el rabillo de mis ojos lentamente, quemándome en su recorrido, diciéndome que dejara de llorar lo más pronto posible, porque después no iba a poder dejar de hacerlo.

-No quiero seguir sintiendo esto. -sequé mis lagrimas.- Te necesito..

Cubrí mis ojos con mi antebrazo, dejando de llorar casi obligadamente por el ardor que sentía en mis ojos.
Me levanté de golpe al sentir como mi celular vibraba en mi bolsillo trasero.
Contesté sin siquiera ver el nombre y suspiré mientras miraba la lapida de Lucy.

Michael: Hola, Lauren. Tengo noticias respecto al día en el que se llevará a cabo tu divorcio.

-B.. bien. ¿Cuándo será?.

Michael: Pude hacer un espacio para este Jueves. -habló inseguro.- ¿Es muy pronto?.

-Está bien.

Michael: Lauren, es el día de tu cumpleaños.

-No me interesa.

Pasé mi mano por mis cabellos, ordenándolos un poco hacia un lado.
Ahora pude notar el cómo mis manos temblaban, y no reaccionaban como yo quería. Era por el control que ya no tengo de mi cuerpo, y mucho menos de mi mente.

Michael: No es una buena idea, Lauren. Lo sabes.

-¿Es que no lo entiendes?. -alcé la voz, desesperada de ser incomprendida.- ¡Me hace daño estar con ella!.

Michael: No, no lo entiendo. La amas, tanto como ella a ti.

-Cada minuto que paso con ella me siento insuficiente. -dije casi en un susurro al no querer que mi voz se notara rota.- Estoy pasando por una maldita guerra en mi cabeza, y no puedo estar con ella cuando me encuentro así. No se merece esto.

Michael: Camila es tu esposa, ella puede ayudarte.

-¡No quiero que me ayude!. -grité nuevamente.- Quiero que se sienta segura, sobre todo ahora que está embarazada. No puedo darle seguridad porque ni siquiera yo me siento segura conmigo misma. No puedo cuidarla, porque no estoy bien. -sollocé.- ¡No estoy bien!. Todos pueden notarlo. ¡Le di una bofetada!, ¿Cómo es posible que aún ella pueda estar conmigo?. Soy una maldita idiota.

Michael: Lauren, cálmate. Respira.

-Le.. le di una bofetada.. -mordí mi labio.- ¡Y está embarazada!.

Michael: Lauren.. respira.

-Ella no puede estar conmigo. -apreté mi quijada.- No estoy bien.. -repetí.- No estoy bien..

Michael: ¿Lauren, en dónde estás?.

Corté e intenté respirar, pero no pude hacerlo. Mi respiración estaba atrapada, no en mi garganta, sino en mi pecho, lo que comenzó a desesperarme.
Miré mis manos, o al menos intenté hacerlo, puesto que mis ojos estaban llenos de lagrimas que no querían salir, pero yo no quería que cayeran.

"tu mas que nadie sabes que somos unas débiles."

Cerré mis ojos con fuerza, recordando sus palabras mientras aún buscaba que pudiera volver a respirar. Lo que logré hacer a solo pequeñas y cortas respiración.

Mi mente había comenzado a dar vueltas y vueltas.
Supe que estaba teniendo una ataque de pánico.

Guardé mi celular y corrí hacia la salida del cementerio, subiendo a mi moto y escapando del lugar a toda velocidad.
Solo me fui, sin rumbo, y sin querer volver.
Y eso era lo que Camila se merecía. No tenerme en su vida.