Capitulo 34.

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Capitulo 34.

Alcé con cuidado a mi pequeña y la llevé al baño, escuchando como se quejaba levemente. Aún tenía mucha fiebre, no tanta como la de Camila, pero tenía de igual manera. Saqué su ropa mientras dejaba que el agua tibia corriera, llenando la bañera.

Cameron abrió sus ojos ligeramente, hizo un pequeño mohín, y comenzó a llorar.

-No no.. -acaricié su espalda descubierta y besé su frente.- Bebé, solo voy a darte un baño, y luego podrás volver a dormir, ¿Si?.

Ella asintió y me abrazó por el cuello, sollozando un par de veces.
Saque la parte de abajo de su pijama, junto con su ropa interior y la metí a la bañera lentamente, sentándola.

-¿Está muy fría?.

Cameron: Está.. está bien, mami.

Refregó sus ojos y comenzó a jugar con el agua, que solo le llegaba hasta su ombligo.
La bañé lo más rápido posible, porque veía en su rostro lo mal que se sentía, pero me tomé mi tiempo al lavar su cuerpo, porque no quería que comenzara a picarle, ni hacerle daño.
La saqué de la bañera y la sequé por todas partes. Fui a buscar otro pijama y se lo puse, cuando ya había acabado noté que estaba completamente dormida sobre mi pecho.

Sin más la dejé en mi cama junto a Camila, y a Bush. Reí cuando escuché a ambas sincronizarse en sus leves ronquidos. Camila se veía realmente cansada, así que preferí no molestarla para que tomase un baño.
Comencé a preparar mis cosas porque iba a volver a salir en busca de trabajo.

Mi mente volvió a dar vueltas, obligándome a pensar en Brent.. el hombre que en algún momento fue mi padre estaba muerto. Y posiblemente su muerte fue por mi culpa, tal vez yo lo hice sentir horriblemente mal.. se suicidó por mi culpa.

«Espero que te mueras lo más pronto posible.»

Pues claro, quién no se sentiría mal con algo como eso. Yo era la culpable. Lo había matado.

La vibración del celular de Camila me sacó de mis pensamientos, lo cual agradecí, porque la culpa me estaba carcomiendo por dentro.
Me acerqué a la mesa de noche y cogí su teléfono. "Jefe" decía en la pantalla, y la rabia me invadió por las venas.

-¿Qué es lo que quieres?.

Austin: Busco a Camila.

-Mi esposa está enferma, tiene varicela. -dije con odio.- Si vuelves a llamarla te las veras conmigo otra vez y por lo que me pareció la última oportunidad que nos vimos.. no creo que te guste mucho.

Él cortó de inmediato, y solo pude reír, escuchando también la risa de mi esposa, quien seguía con sus ojos cerrados.
Me arrodillé a su lado y besé sus labios suavemente, sacándole una sonrisa.

-Voy a salir, mi amor. -acaricié su ardiente cabeza.- Necesito que coman un poco y beban algo de agua. Dejare las cosas en la mesa de noche. Camila, por favor, no lo olvides. Necesito que se recuperen.

Ella gruñó y se cubrió hasta la cabeza con las mantas, ignorándome.
Suspiré y me levanté, bajando a la cocina por dos vasos de agua, y unas cuantas galletas. Volví a la habitación, y tal como le dije a Camila, dejé todo sobre la mesa de noche de parte de Camila y me fui.

«Espero que te mueras lo más pronto posible.»
Mi corazón comenzó a acelerarse, justo cuando volví a pensar en las posibilidades de que se haya suicidado por lo que le dije, por no ayudarlo, por no estar para él.
Esto no me podía estar pasando, me estaba considerando una estúpida asesina.

No pude concentrarme en el resto del día, porque mi mente me estaba atormentando cada vez más, tanto que el nudo en la garganta me impedía respirar con normalidad.

Ours Mistakes. DFM 2da Temp. «Camren»Where stories live. Discover now