Capitulo 42.

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Capitulo 42.

Abracé a mi mejor amiga con fuerza y apoyé mi cabeza en su hombro, sintiéndome tan débil y deshecha por los últimos sucesos con Lauren, los que me había afectado de una manera sorprendente.
Dinah acarició lo largo de mi espalda, intentando de que, al menos, dejara de llorar, pero yo no podía, porque mi corazón cada vez que latía me hacía soltar una lagrima.

Dinah: ¿Pero cómo está ella?.

-Ella está mejor. Se ve más animada, y toma sus medicamentos sin que yo se lo pida. Juega con Cameron y se está preparando para ir al trabajo en unos días. El problema ahora es conmigo. -sequé mis lagrimas con el dorso de mi mano, impotente.- Volvimos al principio. Ya no me mira, no me habla y ni siquiera se me acerca. -solté un sollozo.- Dinah, ella duerme con Cameron.

Dinah: Shh.. tranquila. No sigas llorando.

Asentí y miré a mi hija que estaba por tirarse con cuidado por el pequeño tobogán, con una gran sonrisa en su rostro.
Se veía tan feliz últimamente, gracias a la mejora de Lauren, ya que ahora no veía a su madre todo el día en la cama, llorando o con la mirada perdida.

-Fui tan estúpida..

Dinah: Mila, no creo que sea bueno, ni sano, seguir con todo esto. Tú ya la golpeaste, y más de una vez, contando que casi la matas. Y ahora ella te golpeó a ti. ¿A dónde crees que va ir todo esto?.

-No quiero dejarla.

Dinah: Lo sé. -dijo comprensiva.- Y puedo jurar que ella tampoco quiere dejarte, pero esto que tienen ustedes es un matrimonio dañino, tanto físico, como emocional. Se destruyen mutuamente.

-Pero.. Cameron..

Dinah: Cameron es muy pequeña aún, y si ustedes llegan a separarse, sé que nada va a cambiar con respecto a ella. Lauren sabe separar las cosas, entre su relación contigo y su relación con Cameron. Ella no va a dejar que Cameron se de cuenta de lo que sucede. Ya lo ha hecho antes.

-Yo no creo poder hacer eso..

Dinah: Con esa manera de pensar, claro que no.

Asentí, totalmente de acuerdo con lo que acababa de decir y respiré profundamente, llenando mis pulmones hasta llenarlos por completo.
Me enfoqué en como mi hija corría hacia nosotras, dando pequeños saltos de vez en cuando, muy animada y risueña.

Mi pequeña llegó frente a mi, y se subió a mi regazo, con un poco de esfuerzo, abrazándome con fuerza por el cuello, respirando agitada y entrecortada.

-¿Qué pasó, cariño?. -aparté los cabellos de su rostro para ver sus sonrojadas mejillas.- ¿Ya te cansaste?.

Cameron: Sí. -suspiró, acomodándose en mi pecho, preparada para dormir un poco.- Quiero ir a casa, mamá.

-De acuerdo, cariño. -besé su cabeza.- Es mejor que nos vayamos.

Miré a Dinah, la que asintió con una acogedora sonrisa y asintió con comprensión, trasmitiéndome un poco de seguridad
Me levanté sujetando a mi hija y caminamos hacia casa. Bueno, yo caminé, pues Cameron se había quedado perfectamente dormida sobre mi pecho. Al igual que a Lauren, le encantaba escuchar los latidos del corazón para caer ante el sueño.

Había aprovechado la oportunidad de que Cameron quería ir al parque a jugar, para poder pensar un poco y despejarme. Y cuando me estaba ahogando por la melancolía, preferí llamar a mi mejor amiga, tanto para hacerme compañía entre mis llantos, como para recibir algunos consejos que puedan ayudarme en el caos que ahora es mi dulce vida.
No me sentía bien, ni física ni emocionalmente. Solo tenía enormes ganas de vomitar, y de llorar. Estaba hecha un desastre, y necesitaba ayuda.

Entramos a casa y rápidamente Cameron se bajó de mis brazos, corriendo hacia al que pude ver era Michael, sentado junto a Lauren en el sofá.

Cameron: ¡Hola abuelo!

Me acerqué lentamente, viendo una gran cantidad de papeles sobre el regazo de Lauren, los que ella ordenó y los dejó a un lado, cargando a Cameron para hacerle cosquillas.

Michael: Hola, Camila, ¿Cómo estás?.

-Hola, Michael. -le sonreí débilmente.- Estoy.. estoy bien.

él miró a Lauren, como si la reprendiera con la mirada, pero al parecer ella se enojó con esa mirada.
No sabía lo que ocurría, y no tenía ni una mas mínima idea de lo que podía ser. Puede que sea porque no quiero imaginarme nada, o simplemente porque en estos momentos yo no tenía la capacitad.

Lauren: Bebé.. -acarició su cabello.- ¿Podrías ir arriba?, yo iré a jugar contigo en un momento.

Nuestra hija asintió frenéticamente y corrió hacia la segunda planta, tropezando un par de veces, colocándome nerviosa hasta que logró subir e ir a su habitación.
Escuché los agudos ladridos de Bush, quien supuse, estaba jugando con ella.

Lauren cogió un lapicero y firmó los papeles.
Yo estaba confundida, porque no tenía ni idea de qué eran esos papeles. Y por alguna razón, tampoco quería saberlo. Porque con solo mirarlos me daban mala espina, y se me eran bastante familiares.

Michael: No es una buena idea, Lauren.

Lauren: Quiero que te vayas. -lo miró.- Ahora.

Michael suspiró derrotado y se levantó del sofá, arreglando sus cosas y pasando por mi lado, casi avergonzado.

-¿Qué es lo que pasa?.

Lauren: Firma.

Me dijo ofreciéndome los papeles junto con el lapicero, prácticamente obligándome a firmar.
Ella no me miraba, siquiera por casualidad, y eso me enojó hasta cierto punto.

Me acerqué y me senté en el sofá, justo en donde Michael estaba hace un minuto, y tomé los papeles de sus manos.
Y como si de un déjà vu se tratase, mi respiración quedó atrapada en mi garganta y mis ojos se llenaron de lagrimas, porque no pensé que volvería a suceder, no pensé en que volvería a sentir aquel dolor en mi pecho, el que me ahogaba.

Mis manos comenzaron a temblar mientras leí lentamente.
"Petición de divorcio."
Esta vez me llegó de sorpresa, y no sabía qué hacer. Porque no quería firmar ni en broma.

-No voy a firmar, Lauren.

Dije entregándole los papeles y levantándome del sofá, pero fui interrumpida por su dura y fría voz, la que no reconocí a la perfección.
Me volteé para mirarla, y no supe cómo era posible que su voz sonara tan fría cuando las lagrimas estaban cayendo por su rostro, obviamente secándolas de inmediato para no ser descubierta, lo que fue en vano.

Lauren: O firmas, o yo misma te llevo al juzgado para obligarte a hacerlo, ¿Me oíste?.

Fruncí el ceño, confusa por su actitud. Se veía realmente triste y herida, guiándome por su rostro, pero su voz me mostraba algo por completo diferente, porque su voz era segura, sin un pequeño rastro de inseguridad y arrepentimiento.

Cogí los papeles de su mano y firmé en cada lugar en donde me lo pedía. No quise leer nada, porque me iba a romper y torturar, lo que precisamente ahora no quería.

-No sé como puedes hacer esto..

Dejé los papeles en el sofá y la miré, queriendo encontrar sus preciosos ojos verdes, pero ellos estaban pegados en el suelo, como si eso fuera lo más interesante del mundo y eso me enfurecía.

Lauren: Es sencillo. -suspiró, jugando con sus manos.- Todo cambió. Tu.. yo.. no soporto los cambios, lo sabes. Los cambios me asustan, pero en este caso lo hago solo porque no puedo seguir con esto.

-Piensa en Cameron, Lauren. -me arrodillé frente a ella, pero ella se levantó del sofá, dándome la espalda.- Piensa en nuestras futuras hijas. Piensa en nosotras, por favor.

Lauren: Lo hago, Camila. -sollozó.- Créeme que lo hago, y sé que es injusto. Pero prefiero esto, a matarme lentamente, que es lo que tú estás haciendo conmigo.

Ella comenzó a caminar hacia la segunda planta, dejándome allí, con el corazón en la mano y con una gran esperanza de que al menos esto fuera un sueño.

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Deberían amarme por subir este capitulo tan pronto:( ah

Atte: La chica anónima.

Ours Mistakes. DFM 2da Temp. «Camren»Where stories live. Discover now