Capítulo Treinta y cuatro: +18 (PARTE I) Final

370K 32.2K 47.5K
                                    

Drake.

18 de noviembre, 2016.

Este libro no es tan bueno como el anterior, pero eso no quiere decir que sea malo, es un libro que disfrutaremos, pero que pensaré dos veces si quiero volverlo a leer. Sin embargo, creo que el hecho de que Alaska sea la voz narrando cada escena y pronunciando cada diálogo, es lo que hace que la lectura sea mucho más interesante.

¿Cómo la dulce niña tímida se convirtió en esta sensual descarada? No lo sé, pero me gusta. Me encanta porque conserva algo de su timidez y mucho de su dulzura, pero también se ha vuelto más segura lo que la hace infinitamente sexi.

—No estás prestando atención —detiene la lectura.

—Lo estoy...Haciendo.

—¿Qué estaba diciendo?

Contengo las ganas de reír y con lentitud repito, lo más parecido que puedo, la línea que acababa de leer. Agradezco la paciencia que Alaska tiene para escucharme hablar, porque si bien he mejorado un poco mi hablar desde que comencé mis terapias, todavía queda un camino para llegar a lo que era antes.

—Vale, sí me escuchabas —cierra el libro—. Pido descanso.

—Concedido.

—Pero tú no dejes de hacer tu ejercicio —Asiente hacia mi mano.

En mi mano derecha se encuentra una pelota antiestrés con la que practico para recuperar mi movilidad, parece algo sencillo, pero cada apretón conlleva esfuerzo de mi parte, sin embargo, estoy bastante positivo sobre los resultados que poco a poco voy obteniendo. Cuando voy a mis terapias, conozco a personas que se encuentran en situaciones peores que la mía, por lo que no me permito quejarme al respecto. Soy afortunado y sé que podré mejorar mientras me lo proponga.

Ella busca su comodidad y recuesta su cabeza sobre mis piernas, lo que creo no es buena idea teniendo en cuenta que soy consciente de cuán cerca está su rostro de una parte de mi cuerpo que sé que todavía funciona muy bien. Su cabello se esparce por mis piernas y la cama, me sonríe y toma mi mano izquierda acariciando mis dedos.

—Tenemos tarea de química, novio.

—Todavía sigues...Hablando en plu...Plural.

—Porque es nuestra tarea, lo que lo hace muy romántico.

—No te dejes explotar, copia mal hecha.

Ambos alzamos la vista hacia la puerta en donde Dawson, comiendo una manzana, se encuentra. Él se adentra a la habitación y toma mi silla giratoria, se sienta y asiente hacia Alaska.

—La malcriaste y la volviste una vaga que no sabe de química ni física.

—¡Oye! —Se queja ella intentando patearlo, pero su pierna no es lo suficientemente larga para alcanzarlo—. ¡Sé de física y química!

—Sí, de la física y química corporal, pero no de la que necesitas estudiar —se burla Dawson—, te aprovechas de que mi hermano está bobo por ti y cede, yo en cambio intenté ayudarte.

—Eras un horrible profesor.

—Tú eras una horrible alumna —contraataca Dawson.

—No te hablaré si me sigues fastidiando —lo amenaza Alaska.

—Ay no, voy a llorar —él ríe y le arroja un beso—. Sabes que te quiero, Aska. Solo creo que deberías aprender tus asignaturas porque la honestidad es la base de...

—Blah blah blah, dejemos la bondad y la honestidad plena para las protagonistas súper buenas y santas de las novelas —lo corta ella—. En la vida real todos tenemos un toque de malicia y astucia, soy mala en los números y no me avergüenza que mi novio me ayude a pasar las asignaturas que involucran números —Se encoge de hombros.

+18  (Libro 1 Saga Inspírame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora