Capítulo ocho: Lo nuestro

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Drake.

23 de febrero, 2016.

Abro la puerta de mi habitación, salgo descalzo y en bóxer caminando hasta la habitación de Dawson. Esta vez soy quien se despierta primero este año. Abro la puerta de su habitación y la cierro. Aún adormilado salto a la cama, encima de él y se queja.

—Déjame dormir.

—No. Te amo y siempre seré el primero en felicitar a mi copia romanticona —digo con los ojos cerrados porque también quiero seguir durmiendo. Dawson gruñe.

—¿Ya?

—Sí, ya amaneció —respondo riendo, me tira de su espalda y caigo a su lado, sin abrir los ojos me arroja una almohada.

—Feliz cumpleaños, copia mal hecha —susurra y estira su mano, supongo que quiere despeinar mi cabello, pero termina golpeando mi mejilla—. Lo siento —Se ríe abriendo un ojo.

—Feliz cumpleaños, copia romanticona. Te vuelves quince minutos mayor que yo.

—¿No eran diez? —pregunta rodando antes de bostezar.

—Habrá que preguntarle a mamá, igual ella siempre cambia el número.

—Pero al menos no el orden del supuesto gemelos que nació primero —me recuerda. Asiento y cierro mis ojos para dormir otro poco más.

No sé cuánto tiempo pasa mientras dormimos, pero eventualmente mamá entra cantando cumpleaños. Dawson y yo nos quejamos al mismo tiempo por ser despertados. Él es el primero en levantarse, yo abrazo la almohada, pero luego mamá me obliga a levantarme y me da un fuerte abrazo que correspondo.

—Estos hijos míos se ponen muy fuertes y dan superabrazos. —Besa de manera sonora mi mejilla antes de pellizcarla—. Mis tesoros. Los niñitos que me hicieron sentir el doble de dolor durante el parto.

—¿Por cuánto tiempo Dawson es mayor, mamá?

—Cinco minutos.

Volteo a ver a Dawson y contenemos las ganas de reír porque siempre es lo mismo, papá le sigue el juego. Ella nos pide que bajemos pronto para nuestro desayuno de cumpleaños y sale de la habitación. Bostezo y me estiro. El brazo de Dawson pasa por mi cuello y me da un raro abrazo-llave.

—Veinte años, hermanito.

—Y los años que nos quedan —golpeo su mejilla y bajo de la cama—. Te veo abajo y espero me hayas comprado un genial regalo para mí.

—Espero lo mismo.

Salgo de la habitación de Dawson y en el pasillo me encuentro a Hayley. Ella corre hacia mí y me abraza deseándome feliz cumpleaños. Cómo todos los hermanos discutimos muchas veces, pero son cosas que fácilmente se superan porque por esta niña haría cualquier cosa. Ella corretea hacia la habitación de Dawson para felicitarlo. Rasco mi pecho y entro en la mía, tomo una toalla y camino hacia el baño que comparto con mi hermano para ducharme antes que él.

Mi ducha no es muy larga y termina de despertarme. Después de cepillar mis dientes y rasuro mi barbilla. Paso los dedos por mi cabello para peinarlo un poco y vuelvo a mi habitación, busco un pantalón, una camisa de mangas largas. Me visto y voy hacia mi ventana, descorro las cortinas y me paralizo ante lo que encuentro en la del frente.

Posiblemente Alaska no lo sabe, pero tiene sus cortinas abiertas, por lo que puedo verla muy bien.

Estoy inmóvil y muy despierto ahora. Sé que debería cerrar mis cortinas, pero una parte de mí me recuerda que muchas veces ella me ha espiado antes. Esta vez, ella es la de la toalla.

+18  (Libro 1 Saga Inspírame)Where stories live. Discover now