𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓸𝓬𝓱𝓸

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—Calma, Shawn—se incorporó y aproveché para darle un abrazo.

—No puedo—decía sofocado.

—No quiero que te pase algo malo. Hace poco acabas de desmayarte y entrar en un ataque de ansiedad—dije angustiada.

No me gustaría estar en su lugar. Esta pasando por mucho, su mamá está en un hospital en coma, vive lejos de su familia, Camila se fue de su casa enojada, su trabajo requiere de su presencia, Aaliyah y Manuel están alterados. Me siento mal por él.

—Ya lo había superado—sollozó contra mi sudadera.

—Mantente tranquilo, ¿si?. No me agrada verte así—lo abracé con mas fuerza.

—Tú me ayudaste a detener mi ansiedad. ¿Por qué ahora?, ¿por qué cuándo ya no estás tú?—mierda.

—Si me necesitas voy a estar para ti. Vamos a salir adelante y superarlo como antes, ¿esta bien?—suspiré con pesadez.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

El cuarto se llenó de un silencio para nada incómodo, solo era un silencio reconfortante. Ambos lo necesitábamos.

Segundos después entró una enfermera indicándome mantenerme afuera para dar de alta a Shawn, y él, en cuanto salió intentó convencer al doctor que atendía a Karen que lo dejaran verla pero esté nos dijo que era tarde y esperáramos a mañana, así que no nos dio de otra más que ir a la casa de los Mendes para descansar.

A pesar de que Karen esté en el hospital, ya no hay tanta preocupación en el ambiente, bueno, siempre la va a haber mientras un familiar este encerrado en cuatro paredes blancas, pero finalmente nos confirmaron que en un par de días ella despertaría.

—Elle, no tenemos habitación para visitas—dijo Shawn con nervios—el único libre es el que yo tenía y el de mi hermana, pero supongo que Mark y ella lo ocuparán—informó.

—Okay—subí mis hombros.

—A lo que me refiero es que solo hay un cuarto de sobra y...—lo interrumpí.

—No te preocupes, yo dormiré en la sala—no le di tanta importancia.

—Linda noche a ambos—dijo Mark antes de subir por las escaleras junto a Aaly y Manny.

—Que descansen—contestamos.

—Elle, no voy a dejarte aquí, y mucho menos sola durmiendo en algo tan incomodó como el sofá—volvió a nuestra antigua conversación.

—Por mi no hay problema, Shawn—me acerqué a mi maleta y comencé a sacar mi pijama.

—Pero para mi lo es; al menos yo dormiré aquí, tú no—resoplé.

Es imposible.

—Okay, solo iré a darme un baño—me di por vencida.

—Te ayudo a subir la maleta—se postuló.

—Gracias—sonreí levemente dirigiéndome a las escaleras.

Recuerdo perfectamente su habitación y todo está tal cual como cuando éramos jóvenes y me traía a su casa para pasar el rato. Solo hay algunas cosas que ya no están porque las donaron, otras las tienen guardadas y algunas más están con Shawn. Seguía guardando ese ambiente adolescente amante de la música y videojuegos.

—Bien—dejó mi maleta encima de la cama—que descanses—dio un suspiro agotador.

—Gracias, igualmente—respondí antes de que él se retirara.

𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓱𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪 ・*:.˛ ˚𝗦𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora