𝓤𝓷𝓸

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Un año y medio después

—¡Shawn! ¡¿Qué te sucede?!—grité enfurecida.

—Elle—me vio arrepentido—no fue mi culpa, créeme.

—¿Lo admites?—le pregunté sintiendo las lágrimas aproximarse. Ni siquiera recibí una respuesta con palabras, pero con tan sólo agachar la mirada supe la verdad—vete, Shawn.

—Amor, podemos...yo...no...—lo interrumpí.

—¡Ya basta, Shawn!—le dije llorando.

—Puedo explicártelo—pidió casi de rodillas sobre la alfombra.

—¿Y cómo carajos lo harás?

—Es que...yo...¡Agh!—podía notar lo nervioso y angustiado que estaba—lo siento tanto—trató de controlar sus lágrimas que empezaban a brotar—te juro que no sé en que estaba pensando.

—Ya había pasado esto antes, y con la misma persona—sollocé—sufriste consecuencias y por lo menos esa vez tuviste una creíble explicación, mucho menor en comparación a lo que sucede ahora. ¿Cómo pudiste preferir a una mujer que a tus propios hijos?

—¡Elle, entiende!—gritó alarmado—no sé qué fue lo qué pasó por mi mente, pero...¡Mierda!—cada vez estaba más estresado—no puedes sacarme de la casa, no puedes alejarme de mis hijos, no puedes alejarme de ti.

Seguramente pensaba que lo arreglaríamos tan fácil. Esta vez es diferente.

—¿Ahora te importamos?—le pregunté—¿prefieres que Camila cuide de tus hijos?

—¡No! ¡Maldición!—se exaltó—¡No va a ser así porque tú y yo los vamos a cuidar! ¡Juntos!

—Te equivocas. No voy a permitir que por intentarlo de nuevo, arruines mi vida y la de mis hijos. Shawn...—llamé su atención—¡Yo te amé! ¡Confié en ti y me fallaste!. Pero esta vez no voy a volverlo a repetir, así que vete ya.

—¡Que no!—gritó—Danielle, ¿quieres que dejé de ser el padre de nuestros hijos?

—Puedes verlos los fines de semana—le contesté enojada.

—¡Mierda! ¡Quiero estar con ellos, Danielle!

Jamás lo había visto tan desecho frente a mi.

—¡Nadie te lo impide! Sólo que no va a ser lo mismo entre los dos—le aclaré—quiero el divorcio—quité las lágrimas de mis mejillas.

—¿Qué?—se sorprendió—no, no, no—negó en seguida—Danielle, no me puedes hacer esto—se acercó a mi pero yo me alejé.

—Te haré una última pregunta—me calmé—¿prefieres a Camila o a mi?

De nuevo se hizo presente un silencio absurdo, mientras pensaba la respuesta que pudo haber dicho inmediatamente.

—A...¿ti?—lo dudo.

—Claro, si vas a a mentir por lo menos hazlo bien—salí de la habitación con él detrás.

—¿Qué haces?—preguntó tratando de tomar mi mano pero la quité en seguida.

—Si no te vas a ir tú, me voy yo con mis hijos—entré a la habitación de los niños y guardé todo lo necesario en una pequeña mochila.

—¿Es en serio que estás haciendo esto?—me veía atento sin hacer nada más que hablar.

—Respóndete tú—contesté—esas malditas fotos, las jodidas conversaciones, y cuando la besaste frente a mi cuando la llevaste a un café, mientras que a mí me dijiste que estarías en una junta con Andrew.

𝓝𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓪 𝓱𝓲𝓼𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪 ・*:.˛ ˚𝗦𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora