Capítulo 18

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El puño cayó sobre su mandíbula tan rápido que Scorpius ni siquiera pudo alzar la cabeza. Alguien le pateo el costado del torax, obligandolo a dejarse caer sobre el suelo.

A lo lejos, oyó a Albus gritar.

Todo parecía ser sacado de una película de terror: el tiempo pareció relantizarse, mientras otra mano se movía en dirección a su rostro y le daba una cachetada, dejando el área ardiente y dolorida. Scorpius dejó escapar un pequeño grito, aún aturdido, sorprendido y asustado por el repentino ataque; cuando alzó la cabeza, divisó tres chicos. Lo mantuvieron contra el suelo con una rodilla apretando su pecho.

--¿Qué miras, marica?--una patada le dio vuelta el rostro, y, a su vez, hizo que Scorpius escupiera sangre por la boca.

Albus sollozó el nombre de Scorpius, y sólo entonces el chico notó que su amigo intentaba llegar a él, con movimientos tambaleantes, por sobre uno de los fornidos jóvenes.

--No te hicimos nada--Albus lloró--. Por favor, no...

Scorpius recibió otro golpe en el rostro por aquel acto de rebeldía. Albus gritó, pero alguien lo tomó del brazo y apartó de todo el barullo.

--Quedate aquí--le pidió James, acercándose y empujando a un lado al chico que retenía a Scorpius.

El rubio se apresuró a ponerse de pie, furioso. Le bastó una mirada hacia Albus para saber que estaba bien; entonces, se volteó hacia su inicial atacante, quien lo había golpeado.

--¿Qué me dices ahora, eh?--Scorpius era mucho más alto que él.

Albus solo pudo desviar la mirada mientras Scorpius lanzaba el primer golpe. Cayeron al suelo y se lanzaron puñetazos en todas direcciones, pero James, más que molestarse en pelear, intentaba detener a los demás atacantes, que se habían congregado alrededor de los dos chicos e intentaban golpear a Scorpius de vez en cuando.

Gritó horrorizado cuando vio la sangre deslizarse por el rostro de Scorpius y se lanzó repentinamente al atacante, furioso. Cayó sobre él, pero pronto unos brazos le rodearon el estomago y tiraron de su cuerpo hacia atrás. Era uno de sus amigos; amigo del moreno que en ese momento se volvía hacia Scorpius con una mirada feroz.

Albus se sacudió violentamente, intentando llegar a el rubio, intentando hacer algo...

James se apresuró a llegar a su hermano, empujando y gritándole obscenidades al otro con tal de que suelte a Albus. Nadie iba a lastimar a su hermano, le importaba muy poco si tenía que ir a la cárcel muggle o soportar los gritos de su madre por ello. Pero entonces...

--Vámonos a casa, James--Albus pidió a gritos, tan pronto cayó de bruces al suelo.

James empujó al chico frente a él y se inclino para tomar el brazo de Scorpius. Albus tuvo que hablarle a Scorpius por lo bajo durante todo el camino hacia la esquina, por que el chico hacía amagos de volver cada vez que uno de sus atacantes gritaba tonterías.

El viaje en tren muggle fue aun peor que toda la experiencia: allí a donde iban, las miradas se dirigían hacia ellos y al sangrante Scorpius. Un guardia, incluso, preguntó si alguien había intentando asesinarlos. Después de eso, tuvieron que limpiar la cara de Scorpius con la camisa de James (quien abajo de esta traía una camiseta), para no llamar demasiado la atención. Aun le sangraba, levemente, pero aseguró decenas de veces a Albus de que no dolía.

Albus, James y Scorpius consiguieron asientos en una esquina del vagón; el primero y último, mientras James llamaba a su padre, se sentaron uno junto al otro, con los hombros rozandose.

--Bueno, lo siento mucho--Albus dijo, sin mirar a su amigo. Scorpius le tomó la mano y Albus se apresuró a dibujar invisibles círculos sobre ambas--. Todo es mi culpa. Si no me hubiera vestido así...

Se movió incomodo. Era un pensamiento que lo perseguía desde hace algunos minutos, por que, a pesar de que sabía, realmente sabía, que los "gays" no tenían forma de distinguirse mediante acciones o ropa, tenía que ser su culpa; había usado aquella tonta vestimenta, que los muggles o cualquier otro aun consideraban "indecente", al menos al verla en hombres, y ahora los habían atacado, principalmente a Scorpius.

Albus se mordió el labio, mientras el rubio lo miraba cautelosamente.

--Albus--Scorpius suspiró, triste--, ¿Cómo puedes pensar algo así?--lo atrajó a su pecho con un rápido movimiento y Albus envolvió sus brazos alrededor de este--. Lo hicieron por que son unos idiotas, ¿Si? De mente cerrada. No tenemos que molestarnos con gente como esa; no pueden tocarnos, ni mucho menos a lo que tenemos.

Albus podría o no haber llorado un poco, pero mostró una media sonrisa cuando Scorpius, tomando su barbilla, levantó suavemente si cabeza. Scorpius se sonrojó.

--Bueno, estás hermoso--dijo--, y yo tengo la cara morada.

Albus rio, mordiendose el labio.

--Aun quiero besarte--le aseguró, medio bromeando, pues sabía que querría besar a Scorpius incluso aunque este estuviera en su peor condición.

Había un sentimiento, en su pecho...

Lo quería.

Pero era muy pronto para decirlo.

--¿Y por qué no lo haces?

--Tienes el labio lastimado aquí, amigo--Albus rio.

--No importa, no importa nada de eso.

Scorpius hizo una mueca de dolor, pero besó a Albus con pasión de todas formas.

Nunca es culpa de la victima

Moהotoהía (SCORBUS)Where stories live. Discover now