Capítulo 2

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--Bien--se sentó frente al chico rubio, tomando el primer volumen--, ¿Convertir un erizo en un alfiletero?--preguntó, alzando las cejas--

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--Bien--se sentó frente al chico rubio, tomando el primer volumen--, ¿Convertir un erizo en un alfiletero?--preguntó, alzando las cejas--. Eso lo vimos, como, a comienzo de año. 

Scorpius se encogió de hombros, sin dar explicaciones. Estaba rayando la mesa de la biblioteca, escribiendo su nombre, sin prestar ni la más mínima atención a lo que el chico frente a él intentaba decirle. 

"--Bien--Albus continuó--, deberíamos de empezar con cosas de otros niveles, por que es algo difícil llegar a hacer esa transformación. Por ejemplo, de cerilla a aguja, que está relaciona..., ¿Estás escuchando?--se interrumpió.

--No--Scorpius contestó, sin estar avergonzado. Miraba a Albus con los ojos abiertos y una sonrisa de par en par, con su aro brillando en la esquina de su labio inferior. Albus se distrajo un poco con este, antes de desviar la mirada hacía los ojos de quien lo portaba. Scorpius le guiñó el ojo--, pero podría escuchar si sugieres hacer algo más interesante.

--Lo haría--Albus murmuró, entre dientes--, si siquiera tuviera ganas de estar aquí. 

--Entonces vete, cariño.

--Le prometí a la directora...

--Y a nadie le interesa.

--...que te ayudaría. Así que, ¿Podrías hacer las cosas más fáciles?

Scorpius se reclinó en la silla, olvidando por completo su navaja y observando a Albus con una sonrisa quisquillosa. El chico le respondió frunciendo el ceño.

--Eres bastante susceptible, ¿Sabes? Ni siquiera pasaron más de dos minutos y quieres que te ponga las cosas fáciles. 

--Por fácil, me refería a que dejes de ser un imbécil--Albus replicó--, debí de haber sido directo, perdona. 

Soltando una risita, el otro chico entrecerró los ojos.

--Hmm, solicitud denegada, regresa a intentarlo más tarde.

--¿Cuántos años tienes?--Albus le espetó, cansándose. 

No era la clase de persona que iba por allí siendo sarcástico y enfadándose con todos, una de las principales razones por las que todo el mundo era amable con él, pero éste chico..., este chico era sumamente insoportable, y Albus podía decir eso sin siquiera conocerlo.

--¿Cuántos años quieres que tenga?

--¿Qué?--esta vez, fue su turno de reír, como embobado--. No es con los años; ¿Y tu quién eres? "Soy quien tu quieres que sea".

--¿Y tú cómo sabes eso?--Scorpius preguntó, riendo. 

Albus se mordió el labio, mirando hacía el libro que McGonagall le dejó y volviendo la vista hacía el chico frente a él.

--Vamos a estudiar--fue su única respuesta--. Lo que menos necesitamos es que la directora venga a amonestarnos.

Scorpius no cambió su expresión facial, y, tan pronto Albus le preguntó con qué quería comenzar, retomó su arte en el escritorio e ignoró por completo cualquiera de sus palabras.

Moהotoהía (SCORBUS)Where stories live. Discover now