Epilogo

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Hay pequeñas emociones que nos dejan abatidos, unas que creemos tan débiles que ni debería tener efecto alguno en nosotros pero se van acumulando como bolas de nieve hasta ser una montaña gigantesca que cuando cae con fuerza no sabes si sobrevivirás el impacto. Esa bola de nieve es el pánico y las pesadillas que he tenido el último año al alejarme del mejor sentimiento que he tenido en mi consentida vida. Realmente no hay modo en el que piense y se me ocurra arriesgarme por un deseo egoísta, pero cuando prometes por todo lo que te importa cuidar a básicamente todo el mundo no tienes el privilegio de ser egoísta. No puedo ni siquiera aliviar mi dolor por deshacerme de toda emoción, sería un caos total y seguro acabaría gritándolo porque no me importaría el pánico o el desprecio de la gente.

En mis mil y un arranques he intentado que me quiten el útero pero solo ha resultado que mi cuerpo no decidió lo mismo y de la nada ¡poof! Creo uno nuevo. Pastillas anticonceptivas dejaron de ser una posibilidad desde que reviví, hierbas o pociones parecen simplemente volverse inútiles conmigo como si el maldito universo se centrara en solo darme dos opciones o renuncio a todo tipo de intimidad o renuncio a mi tarea de evitar mi profecía. La primera no es solo ello, mis emociones son más intensas, todo lo que llega a mí se siente más intenso y poder pelear contra el impulso y la pasión que se multiplica por millones cuando estoy con Devon es simplemente una batalla perdida. No me veo con otra persona, no hay manera en la que piense que en alguien más, en otros ojos que no sean esos preciosos ojos cafés o esa voz ronca o su estúpido aroma a colonia que deja su rastro por dónde vaya y ni se pone una. Mi decisión fue clara pero no por eso menos dolorosa, teniéndolo lejos mientras la escuela se construía y se capacitaba a algunos voluntarios disminuyo un poco el ardor en mi pecho pero las pesadillas de todo ardiendo en llamas persisten y puedo asegurar que cada noche se hacen más intensos. Gracias al precioso poder que me han concedido sé que mis sueños son más que eso, siempre habrá un significado tras de ellos y por más que intente tener una noche de calma no lo logró. Opte por no dormir y me funciono durante un mes pero mi soledad en las madrugadas llevaba mi cabeza a pensar en cómo su tacto me hace falta, sus brazos sosteniéndome jurándome que todo estará bien, que tengo derecho a ser amada y a amar pero por más que sea lo que necesito oír no puedo darme el gusto de simplemente lanzarme a lo que quiero tanto. Me pregunto si es que en el pasado hubiera soltado toda esta mierda de poner mis responsabilidades antes de mi corazón, he sido siempre una chiquilla de impulsividad y lo he notado a mis prontos 19 años.

Es gracioso como puedes sentirte tan desolada, tan vacía y tan rota a tan pronta edad es como sí actuaras ello para darle algo de interés a tu vida pero todo lo que uno siente está ahí, saludándote y riéndose de tus negaciones. La noche está especialmente bella hoy, no hay nubes negras que bloqueen a las estrellas ni a la luna. Me he encerrado en mi habitación desde temprano para evitar recibirlo, ha traído a quince chicos más que terminan de llenar el espacio que tenemos, estarán en esta especie de castillo hasta que empiece el semestre y se instalen en la escuela que aún le faltan pequeñas decoraciones. He pensado en opciones de mantener a Devon alejado ahora que ha vuelto y la única factible que se me ha ocurrido es hacerlo director de la academia para criaturas sobrenaturales Scott, sí, la escuela le rinde honores a Ved. Dann no ha querido ser más que la que les enseñe a controlar sus poderes vampíricos.

Le doy un sorbo largo a la sangre amarga en mi copa, quien diría que la sangre guardada de siglos sea tan deliciosa. A pesar de la distancia puedo ver cómo llega con el cabello algo despeinado y la barba bien cuidada, no hace sol y usa gafas negras. Dann sale a recibirlos, mis ojos viajan a una pequeña de ojos oscuros y pecas vistosas que miran todo con miedo. Por los moretones en sus piernas y una tajada en su rostro imagino que no la ha tenido fácil, quizá aquí esté más a salvo.

Todos entraron menos él, he tardado mucho en darme cuenta que me he quedado viéndolo igual que Devon a mí quien esboza una sonrisa de lado y saluda delicadamente. Contra todos mis deseos me obligo a levantarme del barandal para adentrarme en mi habitación, no puedo verlo sin que el ardor insoportable se haga más palpable.

Todo sea por el bien común, debo recordar eso.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora