Capítulo 51

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"Abatidos."

El internado está callado, bastante, aunque está iluminado por los faroles de los caminos. Parqueo la camioneta y bajo con la caja que tiene el corazón de Chris encaminada a mi dormitorio. Paro en seco al verlo sentado con la vista fija en la puerta, Devon está un poco despeinado pero no le quita el encanto.

—Por fin llegas, ¿estás bien? Coid me dijo que te hizo un portal y que fuiste breve. ¿Jasy te chantajeo? —Tome su mano y se calló.

—Jasy quería a mi hermano, evite eso.

— ¿Lo cambiaste por una camioneta?

—Eso, es una larga historia que no quiero contar. —Suspire rogando que no me pregunte más.

—Hablaremos cuando estés lista. —Planta un beso en mi frente. — ¿Qué con la caja?

—Es mi constante recuerdo de mis prioridades, no puedes verlo o perderá significado para mí. ¿Estabas esperándome?

—Sí, estaba preocupado. Coid me dijo que era mejor que deje que tú manejes tus problemas sola, no puedo ser quien te salve siempre pero me gustaría intentarlo.

—Si no pudiera lidiar con ello serías el primero que pediría que venga a ayudarme. —Apoye mi cabeza en el hueco de su cuello y su hombro, puedo aspirar su hipnotizante aroma.

—Lo sé.

— ¿A qué hora volvieron?

—De lo que te fuiste, veinte minutos después.

— ¿Fuiste a clase o estuviste esperándome aquí desde que llegaron?

—No necesito las clases, ya estoy graduado como cinco veces. —Lo mire como si fuera a regañarlo, ¿cómo se le ocurre quedarse tanto tiempo esperando? ¿Y si no hubiera vuelto? Quizás se hubiera quedado esperando ahí hasta desecarse. —No te enojes, estaba preocupado pero debía confiar en que volverías. Quería verte cuando eso pase.

—No deberías haberme esperado tanto, podría haberte escrito.

—No tienes un celular que yo recuerde.

—Verdad, no puedo creer que haya sobrevivido sin eso. —Admití en voz alta. —Como sea, estoy cansada. ¿Me acompañas a mi habitación a dormir? Creo que tú podrías necesitar descansar igual. —Él asintió y nos dirigimos como personas normales a mi dormitorio, por el ascensor.

La suite está vacía, deben estar en sus clases. Entro a mi habitación dejando la caja dentro de un cajón del armario, me saco la chamarra y la pongo en el suelo.

Devon ya está acostado sin zapatos, dentro de la cama por lo que me incorporo a su lado apoyándome en su pecho. Puedo sentir su pecho subir y bajar, es relajante y puedo jurar que por primera vez me siento cálida junto a un vampiro.

Mis ojos se fueron cerrando pero pararon cuando lo escuche susurrar. —Te amo. —No me moví, hice mi mayor esfuerzo para no tensarme.

No es no lo quiera, nunca he dicho esas palabras a alguien fuera de la familia. Creo que es la segunda vez que me lo dice y la segunda que no obtiene una respuesta pues me limito a cerrar mis ojos para conciliar sueño.

El sol no suele entrar a mi habitación, no como solía, me causa rabia que ya no despierto besada por la luz del sol sino por un reloj vibrando como un maldito taladro sobre la mesa de noche. Gracias a lo anterior no puedo decir que despierto cual princesa armoniosa, es más como un oso hambriento en las sábanas, solitarias al parecer. ¿Dónde está Devon? De todas las veces que ha calmado mis pensamientos siempre aparece a mi lado cuando mi mente se libra de la niebla pero no es el caso ahora.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora