Vampiro por Accidente.

Capítulo 34

"Pruebas superadas."

Mi tobillo aún dolía pero sé que debo pretender que nada paso; espero que Devon este bien.

Llevo esperando un buen tiempo, yo diría que es una hora pero no es algo completamente seguro. Estoy sentada en la esquina, no puedo concentrarme y leer, estoy muy impaciente.

Se escucha un tosido. —Por favor, póngase en la marca para iniciar la prueba. —Era esa voz femenina de nuevo, sonaba algo familiar esta vez.

Me pongo de pie intentando disimular el dolor de pisar, me aseguro de que el libro este oculto en mi bolsillo. La marca era un redondo negro que encerraba dentro de sí uno más pequeño.

—Prueba física. —Demonios. —Tú objetivo es llegar a la puerta.— La puerta se abre mostrando el pasillo, enarco una ceja, esto es sospechoso. —Suerte conejillo.

Simple, comienzo a caminar y todo comienza a temblar, por instinto paro. El suelo frente mío empieza a separarse y el que está debajo mío comienza a deslizarse hacia atrás, como una caminadora.

—Mierda. —Comienzo a correr hacia la otra mitad pero se siente casi imposible, cuanto más corro siento que no avanzo.

Corro lo más rápido que puedo mientras sostengo las lágrimas. —Puedo lograrlo, puedo lograrlo. —Me repito a mí misma en un murmullo.

El otro lado se encoge, debo apurarme. Miro hacia atrás tras escuchar un estruendo, el suelo atrás mío se está derrumbando.

Debo saltar, de otro modo no lo lograré. Tomo impulso y corro, no estoy lo suficientemente cerca para asegurar que llegare al otro lado pero de todos modos salto. El suelo no está debajo de mis pies pero logro sostenerme del borde con mis manos.

No tengo la fuerza para balancearme hacia arriba, y por si fuera poco, el suelo sigue reduciéndose. Intento subir pero no tengo éxito. Miro a mi doble a mi lado sin ninguna preocupación.

—Por una jodida vez, ayudame a no morir. —Me seguía intentando impulsarme.

— ¿Por qué no vuelas como yo? —La miro molesta. —Oh, es cierto, no llegaste a convertirte. —Se encoge de hombros.

Suelto un quejido del esfuerzo, mis pies resbalan cuando intento subir, me estoy desesperando.

Una mano delgada aparece frente a mí, levanto la vista para ver un par de ojos miel. —Vamos, no tenemos mucho tiempo.

Subo mi mano derecha para alcanzar la suya, ella jala con fuerza y logra subirme con ayuda de sus poderes.

— ¿Cómo han logrado entrar? —Pregunto mientras me jala fuera de la habitación.

—Ved ha decidido usar todo su conocimiento sobre bombas remotas. —Suelta mi mano y comienza a hacer una especie de esfera con su humo rojo. —Explotamos sus puertas mientras los demás hackeaban las cámaras y puertas.

— ¿Encontraste a tú padre? —Suspira fuertemente.

—Está muerto. — Me mira con una expresión seria. —Lo mató la noche que vinimos y mandó su cadáver a casa, es un escándalo entre las brujas. —Las puertas frente nuestro se abren. —No pude ni ir a su funeral.

—Lo lamento, eso es por mi culpa.

—No lo es. Si yo hubiera ido a su funeral mi madre me hubiera condenado, los grupos rebeldes hubieran dejado su causa. Los brujos están levantándose y si volvía con mi madre demostraba que todos seguimos así, que no habrá salvación.