Capítulo 53

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"Tik tak."

Despierto a una habitación con unos rayos de luz intentado entrar por las cortinas, las sábanas rozan mi cuerpo y la suave respiración de Devon hacen este un perfecto escenario. Alargo el brazo hacia abajo para tomar mi ropa interior y ponérmela, hubiera preferido ponerme la camisa de Devon pero la he roto. Carajo que puedo ser torpe cuando quiero.

Camino con delicadeza al baño, quiero una ducha fría antes de ir a caminar. La prueba humana a terminado y por primera vez en este año no me molesta.

Cierro la puerta detrás de mí para luego despojarme de la ropa, ahora que lo pienso no sé porque me la puse en primer lugar. Enciendo la ducha y entro dejando el agua chorrear, me gustaría imaginar que son como cubitos de hielo al caer pero los cubitos de hielo no queman. Al ver mis manos cuando voy a cerrar el agua veo lo que realmente está corriendo, sangre.

Empiezo a hiperventilarme mientras retrocedo pero caigo sobre mi trasero llevándome la puerta de vidrio conmigo, no es que me importe mucho tener mis pies llenos de vidrio cuando intento correr pero no estoy en la habitación blanca dónde todo paso esto. Este lugar es mi baño, es mi realidad ¿qué clase de pesadilla es esta? ¿Es si quiera una?

Camino a verme al espejo pues la sangre ha dejado de correr pero no me reconforta para nada verme llena de sangre, el cabello, los hombros, las caderas, las manos, ¿por qué mi reflejo sonríe si yo no? Una risa sale de ella, oh dios, Rafaella sí que hace entradas. Apoyo la mano creyendo que la voy a tocar pero no, parece que ella está encerrada pues su risa no es como las irónicas que solía tener, es de dolor. Su entorno comienza a verse gris oscuro y ramas oscuras se posan a los bordes.

Con el dedo ensangrentado traza unas letras sobre el vidrio. "Tik Tak" ¿qué carajos quiere decir eso?

—Tik tak. —Susurra repetidas veces mirándome con lágrimas. Las ramas avanzan lentamente tratando de cubrir todo desde los bordes.

—Rafaella. —Digo pero su tono aumenta y las lágrimas le caen, sin más comienzo a golpear el vidrio queriendo romperlo, mis brazos sangran pero no parece que el vidrio esté afectado.

—Tik tak. —Ya no eran susurros, eran gritos ahogados y roncos.

—CALLATE YA. —Chille mientras di un golpe fuerte al vidrio pero pronto a mi cuerpo lo giran y vuelvo a la realidad, no hay ramas ni tonos grises, el agua corre y mi cuerpo está mojado y limpio de sangre. Sus ojos cafés me examinan con preocupación.

— ¿Qué te sucede? —Manifiesta tras mirarme largo tiempo.

—Creo que he tenido una visión pero no entiendo, en las anteriores todo era claro y ni me movía. Ahora lo hice y no, —comencé a tartamudear, él con rapidez me cubre con una toalla—no entendí nada. No sé qué hacer.

Solté unas lágrimas antes de continuar. —Unas palabras resaltaron, Tik tak, ¿qué demonios significa? ¿Estoy amenazada?

—No lo sé, pero te golpeabas la cabeza contra el espejo una y otra vez. Lo rompiste y estás sangrando.

Subí la mirada confundida pero no era Dev, era Rafaella otra vez. Me intento soltar pero sus manos se clavan en mis brazos y con una sonrisa frenética junto a ojos llorosos susurran por última vez esa maldita frase sin sentido "Tik tak". Me muevo y al irme hacia atrás por fin noto mí alrededor, esto no es el baño. Es el patio del castillo, no es su base en sí, llamas consumiendo una persona separada de otra mientras los gritos se fusionan, otras tienen una lanza clavadas en el pecho que al estar apoyadas al suelo los mantienen en un ángulo agudo en medio del objeto de metal y en la punta su corazón.

Tapo mis oídos, los gritos comienzan a aturdirme, no puedo salvarlos, no puedo ayudarlos. Un rastro salta a mí, Maie, mi madre. Sus ojos tienen una vista perdida pero ella aún no está muerta.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora