Capítulo 48

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"Niebla de culpa."

Steph prendió una fogata fuera de su casa, insistió en que debíamos comer que el lujo de hambrear sólo lo tienen los que son normales.

Desde el entierro he tenido un intenso dolor en mi pecho, uno que no me deja respirar ni deja mi cabeza parar de escuchar gritos poco agradables, son tan parecidos a las voces. Me siento al lado de la única persona que nunca me perdonará por esto, lo sé.

—Tú cabeza es un desastre. —Anuncia sin mirarme. —No fue tu culpa, deja de carcomerte.

—Si lo hubiera visto, podría haberlo evitado.

—Evitar que Ved haga lo que quiera es como intentar mover una montaña siendo escuálido y humano. —Niega. —Ved siempre hizo lo que quería, lo que ella consideraba correcto. Recuerdo cuando teníamos la bienvenida de su escuela, todas de tacones y vestidos extravagantes pero ella fue con un simple vestido azul y sus botas pegadas, ni si quiera tenían aumento. Todas la miraban despectiva pero ella se reía de eso, su libre albedrío había causado tanta controversia y sólo era un vestido, perdió a las amigas que tenía porque estaban asustadas del bullying que ella sufriría pero —ríe amargamente—"nadie puede herirte si no les das el poder de hacerlo."

—Habría amado verla en el baile de graduación, apuesto que hubiera armado una peor en un colegio de pijos.

—Tenía su vestido ya, pero se fue. —Una lágrima rueda por su mejilla húmeda. — Quema, me siento sin motivos de seguir peleando contra mi oscuridad pero le prometí que sólo lo haría con ella cerca. El poder de la limerencia es increíble, no hay nada que pueda frenar a los involucrados, ni si quiera uno mismo.

— ¿Limerencia? ¿Qué es eso?

—Cada vampiro tiene un solo amor tan real, tan profundo y tan pasional que puede ser su salvación o perdición. La limerencia une dos seres desde el inicio, desde que se conocen pero sólo aplica en vampiros que lo sepan desde la primera mirada. Simplemente lo sabes, y te dejas consumir hasta que ya no hay más que consumir. Cuando pierdes a tu otro sientes como todo en ti dejo de estar completo, no hay más que dolor. Es ahí cuando pierden a uno para siempre en su lado oscuro, sin humanidad.

—Ahí nacen los inhumanos, ¿no?

—No, la menor es causa de una pérdida de limerencia pero el resto son los que no quisieron sentirlo porque no quieren extrañarlo. Yo era una inhumana, sé perfectamente que buscan.

— ¿Qué cambio?

—Sólo desperté, ella estaba en riesgo y todo en mí entro en alerta. —Sonríe—Hubieron más vampiros de los que ella podía, apenas tenía 14 años y ya se habían cargado a su padre. —Niega. —Fue en vano, solo fue uno con el que lidie y ella ya había liquidado a siete.

Suspire, el dolor no había parado, es más, ha crecido.

—Perdón, no soy tan fuerte como tú.

—No lo soy, solo no tengo cordura a la que recurrir. —Saca una cajetilla y niega. —Es el último, el deseo. Que jodido es saber que no se cumplirá. —Se lo coloca en los labios y se acerca a la fogata para encenderlo. Decido darle espacio pero ahora acaba de llamar mi atención que su brazo este inmovilizado.

— ¿No debería haber sanado ya?

—Eres la única que sigue en pie sin dolor, los demás seguimos heridos inexplicablemente.

Quizá porque mi peor herida es interna.

Camino hacia la casa, si lo que Dann dice es cierto entonces Devon está herido igual.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora