Capítulo 37

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"Dolor."

~Guarden la canción para después de la tercera imagen, si desean.

-A~


Las luces de la ciudad se hacen espacio entre las cortinas, me pongo de pie y tomo la camiseta de Chris para ponérmela. Me siento en la cama sonrío mordiendo el labio inferior, qué noche la de anoche.

Siento sus brazos rodearme y sus labios se posan en mi hombro. —Buenos días, bonita.

—Eso es nuevo, — sonrío— me agrada.

— ¿Cómo te sientes?

— Algo adolorida, pero— volteo a verlo— es un dolor bueno. — Sonrío levemente. —Debería volver al refugio, pueden buscarme. — Me agacho para agarrar mi calza negra y ponérmela.

— Tal vez deberías quedarte al menos hasta mañana al menos.

— No, Rouge se ha de preocupar. Debo volver, llévame devuelta. — Su expresión es severa y por tanto, yo pongo la mía de igual manera. — Hablo en serio.

— No quiero que vuelvas — bufa— pero no puedo forzarte a quedarte tampoco.

Me acabo de vestir y él sigue con esa expresión. — ¡Vamos! ¡Apúrate un poco!

Y en un abrir y cerrar de ojos él ya estaba listo. — Eso es eficiencia, cariño.

Bajamos y me acompaño a la cabaña en un silencio incómodo.

— No camines más, no deben verte ni olerte. — Se aproxima para besarme pero aparto la cara.— Cuídate.

Camino rápidamente hacia la cabaña. Abrí la puerta lentamente y entre lento, pero no sirvió de mucho ya que Devon estaba ahí cruzado de brazos esperando.

— Tienes suerte de que todos estén fuera o dormidos. — Levanté una ceja. — ¡Son las malditas tres de la madrugada, Rafaella!

— Lo lamento, ¿vale? — Bufe— ¿¡Sabes cuánto quería tener algo de una vida normal cómo antes de toda la mierda de la profecía!?

— Esta bien querer eso, pero no al límite de arriesgar tú seguridad, tú vida.

— Si esto sigue, no existirá mi vida. — me abrazo pero me quede estática.

—Yo evitaré que esto acabe con tu vida.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo. — asentí y lentamente pase mis brazos por su cintura para corresponder el abrazo.

Después de unos minutos decidimos ir a dormir, entró al cuarto con delicadeza para después deslizarme dentro de las sábanas para conciliar sueño.

Pero, como si el tiempo se retrocediera, estaba de vuelta en el bosque pero la niebla se hizo presente ahora.

Hay una chica castaña con un vestido blanco observándome, doy un paso al frente y ella voltea caminando en dirección opuesta a la mía.

— ¡Hey! ¡Espera! — Comencé a correr detrás de ella, a pesar de que no se movía rápido era realmente difícil acercarme.

Me doy cuenta que ha desaparecido, comienzo a mirar a los lados pero no la veo.

De pronto, algo me gira y me pone frente a frente a ella, sus ojos cafés denotan seriedad, sus manos están heladas. — Tú día ha llegado.

— ¿Qué? — La chica comenzó a gritar, su grito era ensordecedor y muy fuerte, pude sentir como si todo se movía gracias a eso.

Vampiro por Accidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora