Capítulo 6

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NARRA LAUREN

Caminamos hacia su casa, ahora no fue tan incómodo. Le conté que me arreglé con las chicas y ella parecía feliz, por fin llegamos a su casa.

–Sube a mi habitación, iré a avisarle a mi madre que estas aquí y le ayudaré a preparar la mesa para merendar antes de seguir con el proyecto.

–Claro, dame tu mochila, yo la subo –ella me la dió y subí a su cuarto.

Inmediatamente saqué la carpeta que estaba en su mochila, a decir verdad tenía mucho miedo de lo que me podía encontrar ahí, la abri lentamente y sí, como Dinah había dicho, había cientos de dibujos de mí en muchas poses, casi todas era con el uniforme de la escuela, algunos dibujos eran de paisajes, o retratos de mujeres bellas, pero la mayoría eran míos. 

Miré a mi alrededor un poco aturdida, me senté en la cama y seguí observando mi entorno. 

Algo llamó mi atención, pude ver que el armario estaba un poco abierto y había una cuantas hojas atoradas en la parte de abajo de éste, me levante de la cama y me dirigí ahí, levanté las hojas del suelo, pero una estaba atorada con la puerta, así que lo abrí, y ojalá nunca lo hubiera hecho...

–Lauren, dice mi madre que... –Camila me miró sorprendida, al parecer había descubierto su más grande tesoro.

–¿Por... por qué hay un dibujo mío? –era obvio que ya sabía la respuesta.

El rostro de Camila se oscureció por completo, había coraje, rabia, impotencia, tristeza, y muchos más sentimientos encontrados.

–Lo sabía, eres una idiota, una estúpida, sabía que tú habías mandado a Dinah para espiarme, sabía que tú solo querías jugar conmigo.

–¿Qué? No Camila, yo...

–¡Cállate! Tú sólo me besaste para que no dejara de hacer el trabajo contigo, tú solo querías ser mi amiga por conveniencia y cuando te enteraste que te dibujaba y te quería más que como a una amiga, decidiste verlo por ti mismo... ¡VETE LAUREN, NO TE QUIERO VOLVER A VER EN MI VIDA, VETE! –gritaba la menor mientras lágrimas caían por su mejilla.

Tomé mi mochila y salí de la casa de Camila, llorando ahora yo también por haberla dejado así, fuí una tonta, yo no quería verla llorar, yo simplemente quería saber si ella me quería para arriesgarme a más, porque la amo, la amo demasiado.


NARRA CAMILA

Estaba lastimada, enojada, frustrada, tomé mis dibujos de Lauren y comencé a romperlos, los hice pedazos, no quería saber nada de ella, se había burlado de mí y de seguro en ese momento debía estar con sus amigas diciéndoles que soy una loca, lesbiana y obsesionada que la dibuja en todas las poses posibles.

Me acosté en el suelo mirando el retrato gigante de Lauren, no podía romperlo, ese retrato era mi gran trofeo, además yo amaba a Lauren, aunque sea una idiota ella es mi primer amor, y del que aún estoy enamorada.

–Mija, ¿Qué pasa amor, no bajan a comer? –preguntaba mi madre del otro lado de la puerta, limpié mis lágrimas y salí de mi habitación 

–Lauren tuvo que irse mamá 

–Que lástima... de todas maneras, ¿Quién crees que está abajo?

La mire confundida –No lo sé, ¿Quién?

–Tu abuela, amor

Corrí bajando por las escaleras y abracé a mi abuela, era un gusto verla después de tanto tiempo, comimos, hablamos mucho y vimos algunas películas.

–¿Te quedarás a dormir abuela? 

No cariño, tengo que volver en el último tren de la estación Paddington

–Está bien, me hubiera gustado que te quedaras a dormir –dije en un tono muy triste

–Lo sé, pero tengo cosas que hacer en la mañana y tú debes ir a la escuela así que ve a dormir, en lo que tu madre me lleva a la estación

–Sí abuela, te amo y cuidado en el regreso –le di un beso y subí a mi habitación, ya había olvidado el desastre que deje después de lo de Lauren.

Ahí estaba su hermoso rostro mirándome, la observe detenidamente y en eso se me ocurrió una idea.

–¡Abuela, espera! –las alcancé justo antes de que el auto de mi madre se fuera.

–¿Que pasa Mija, por que traes eso? –preguntó mi madre al verme con el enorme retrato de Lauren en brazos.

–Abuela, ¿puedes guardarlo por un tiempo en tu casa? Solo por un tiempo, por favor –le dije con los ojos llenos de lágrimas.

Mi abuela me sonrió –Claro que si amor, ahora solo vuelve a la casa –se lo dí y entré a la casa para limpiar el desastre que había dejado.

"Tengo que olvidarla..." pensé antes de levantar el último pedazo de hoja del suelo.

1999 - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora