Accidente #12: La última pieza

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Escuela preparatoria Obelisk, azotea [4:27 PM]

El día de dicha semana de clubes estaba por concluir, hacía horas que la gente se había ido a pasos agigantados, a excepción de aquellos que pasaban el rato en sus clubes de manera rutinaria. Los otros estudiantes se habían quedado sin alguna razón honesta como para mantenerse en los límites escolares.

En la azotea del edificio de preparatoria se hallaba ese mismo grupo peculiar de jóvenes acompañados por un hurón rojo.

Esos chicos habían llevado rato en la azotea, todos siempre caminando en cualquier dirección y haciendo cualquier cosa como para distraerse, pues lo que ellos esperaban era que cierto chico se levantara de un letargo inducido por la única chica de entre ellos.

Ryoko se encontraba acostada en una banca pegada a la reja de protección que evitaba cualquier accidente en dicho lugar, solo buscaba relajarse y omitir las presencias de los otros chicos a su alrededor; Sam y Clay, estaban... "Jugando", al parecer habían convencido a la albina para darles un par de agujas y con ellas jugar tiro al blanco con una botella y una lata que habían encontrado por ahí, ellos eran la verdadera razón por que la chica se viese cansada, su insistencia fue de lo peor; el recién capturado Tyler se hallaba dormido(o en coma) mientras una cuerda le hacía estar atado contra un poste de soporte de la valla de contingencia; y Nyron... Él estaba gozando de los frescos vientos de la altura... Literalmente.

—¡Eres la piña más ácida que he conocido! — grito fuertemente el pelirrojo era suspendido en el aire por una cuerda atada en la cerca de seguridad del techo. Meciéndose con suavidad de lado a lado por el visto y sus torpes esfuerzos por mantener la compostura

El hurón que se hallaba en el borde de la valla del techo simplemente zarandeo la cuerda mientras veía con una sonrisa a su querido estudiante.

—Tienes un problema con las frutas— habló calmadamente mientras seguía zarandeando la cuerda —Me sorprende que esta cosa te soporte

El chico estaba muerto de miedo, no les tenía tanto pánico a las alturas, a lo que le tenía pánico era el caer por el capricho de su endemoniado maestro/hurón. Estaba colgado mientras su espalda era recargada contra la pared exterior del 2ndo piso de aquel edificio de tres. La soga iba atada a su cadera de una manera como cinturón. Sus fuerzas salían de quién sabe dónde con tal de mantenerse suspendido sin estar rendido contra la gravedad. Sus manos sudaban y su cabeza solo le hacía hiperventilar por aquella situación de peligro.

Sam y Clay se acercaron al hurón, y contemplaron bien la situación del pelirrojo.

—¿E~eso es un entrenamiento? — Clay arqueó una ceja mientras un escalofrío recorría su espalda, no quería que pronto fuese su turno —¿Qué esperas de todo esto?

—Espero que mi capitán no se rinda... Además de hacerle ver todo bajo presión... Debe subir antes que se despierte el masoquista— el hurón sacó unas tijeras de quien sabe que parte de su espalda —O deberá aprender a volar

Nyron alcanzó a oír esa última frase y al igual que sus compañeros, palideció mientras sentía como el hurón colocaba el filo de las tijeras en la cuerda que le sujetaba.

En eso, el castaño que permanecía dormido empezaba a crear quejidos cansados mientras su cabeza daba vueltas y vueltas.

—Se está levantando— bramó Ryoko mientras trataba de hacer eco con una de sus manos

Nyron entró en pánico y empezó a jalar la cuerda hacia sí mismo con tal de elevarse. En su vida había logrado subir la cuerda en el gimnasio, ¿qué esperanzas tenía de salir de esa?; nada de eso importó realmente ya que por más que le dolieran sus brazos, empezó a subir de poco en poco... Pero fue demasiado tarde, Tyler había abierto los ojos por completo.

El maestro del rey del mundo (En edición)Where stories live. Discover now