Accidente #33: La paz que uno merece

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East Royal Forest, Elk High Health [Un día después]

-¿Cómo fue que este muchacho ingresó? - cuestionó una enfermera al salir de una habitación, llevando consigo material de limpieza de heridas, así como un semblante muy alterado por lo que vio -Sus heridas, ¿enserio eso es normal para un chico de 15 años?


Frente a ella, había un hombre de aparente avanzada edad de cabello castaño en el que abundaban las canas, llevando unas ojeras terribles en los ojos, viéndose algo cansado con respecto a su jornada. Llevando un pijama quirúrgico de color negro con una bata blanca que le cubría, portando en su cuello un estetoscopio y un collar de una esfera de cristal.


-La historia clínica informa de un pequeño asalto que ocurrió camino a casa, solo que él se llevó la peor parte por hacerse el héroe- ante sus palabras carentes de emoción alguna, el hombre de unos bolsillos de su quirúrgico una libreta negra en la cual empezó a apuntar cosas -Curiosamente con el entraron otros jóvenes de la misma escuela, todos mostrando heridas de tipo abrasivas y de objetos punzo cortantes similares a las de una pelea, a excepción de una quemadura de segundo grado en las manos de una de las chicas... En fin... Cosas de mocosos, no es de mi interés mientras no tenga que tratarlos- terminó sus palabras solo para terminar anotando curiosas palabras que repaso en su cabeza -"Dos jóvenes de aura roja, Asia... Y una que altera el aura a su alrededor con la ausencia de un objeto extraño, debe ser un mago... El resto, parecen ser adolescentes comunes y corrientes... Maldita sea, ella estará molesta" - ante sus pensamientos caminó hasta una pared y se recargo a pensar un poco más hasta revolver su cabello y empezar a caminar fuera de dicho pasillo -Vamos, aún tenemos que atender al resto


Tras sus palabras, aquel doctor en conjunto con su compañera, dejaron atrás aquel lugar, sumergiendo al lugar en un silencio profundo en el cual el cantar de las aves era audible en cada habitación del pasillo.

Dentro de aquella habitación, se encontraba un chico de cabellera y ojos rojizos sentado con la mirada perdida en sus manos, sus propias manos que estaban cubiertas de vendas con algunas excepciones en la punta de estos. Su cuerpo estaba lleno de vendajes, teniendo así su tórax sin ninguna vista a su piel, teniendo zonas donde el vendaje estaba relleno, esto debido a las gazas que debía llevar para controlar las hemorragias en los puntos donde Wrath le había apuñalado con brutalidad. Su memoria aún nublada, pudo recordar el momento en el cual sus heridas fueron cerradas con puntos dependiendo de su profundidad, teniendo de la misma manera sus brazos cubiertos por vendaje, debido a que las radiografías daban a conocer que parte de los huesos de estas extremidades fueron comprometidos al ser llevados a gran presión. Mientras que en sus piernas solo llevaba pocos vendajes en sus zonas afectadas por los bisturís de Wrath mientras su rostro estaba con múltiples gazas bien pegadas.

Además de ello, también se encontraba ligeramente incomodo pues como vestimenta solo llevaba ropa interior que era cubierta por una bata holgada como cada paciente del lugar. Se sentía desnudo incluso con aquella bata, y más remarcando que hace no más de unos segundos, le habían cambiado sus vendajes. Contando meramente los segundos para que le dieran de alta y poder si quiera asistir a su último día de clases de la semana. No porque quisiera ir a aprender o extrañara a sus compañeros, lo deseaba con tantas ganas por lo mismo que quería ver a cierta castaña, aunque eso significaría aclarar la última frase que le dedicó antes de partir.


"Además... Qui~quien me gusta... Eres tú"


El maestro del rey del mundo (En edición)Where stories live. Discover now