Accidente #27: Los tres mosqueteros

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Entre el tiempo transcurría mientras las carreras dentro de la cueva se extendían, centrándose en tres distintas sombra que discurrían por el amplio camino que curiosamente era iluminado por un gran número de lámparas de piedra que se generaban en las paredes de dicho camino con características de túnel y en el suelo, generando una iluminación que permitía contemplar a detalle el túnel donde se llevaría a cabo la gran prueba que traería la salvación de una chica que esas sombras conocían perfectamente.

El camino del túnel no era angosto, sino que era amplio. Dejando un gran margen de maniobra de unos 10 a 12 metros. Con una estructura fina que asombraba por lo bien pulida que se veían las piedras y tierra que constituían la estructura, sin estalactitas o estalagmitas que alteren su perfecta simetría. Mientras que su altura rondaba con aproximadamente 20 metros, generando un ambiente donde el eco de sus movimientos solo les hacía querer apresurar el paso.

El aliento pesado de dos jóvenes era audible por una figura alta que se encontraba trotando frente a ellos con una sonrisa con la que invitaba a sus compañeros de alcanzarle. Clay se hallaba sudando de forma abrupta mientras sujetaba con nerviosismo su correa donde colgaban sus armas, mientras que Tyler se hallaba batallando con el balance de su bandera mientras la llevaba sobre un hombro.


—¡Vamos! — les alentó el moreno con la armadura parcial mientras se detenía de golpe, permitiendo que sus compañeros le alcanzaran —El animalito dijo que nos daría una ventaja de un kilómetro aproximadamente, debemos apresurar el paso


—Habla... Por... Ti, Sam— jadeó el castaño mientras se encogía en sus rodillas mientras alzaba su vista ligeramente —Chicos, las lámparas cambian más adelante... Creo...


Fue así como el trio de chicos llevaron su mirada al resto de camino del túnel, lo cual les permitió denotar como las lámparas desaparecían parcialmente en un próximo tramo a un poco más de 30 metros, dejando una iluminación más prominente en la saliente que se veía como un arco de piedra que separaba esa zona de la que estaba aquel grupo de chicos.


—Tiene razón— espetó Clay con cansancio mientras limpiaba el sudor de su frente —Clay supone que nos estamos acercando... Rarito, adelántate y grita lo que veas— su tono se vio desinteresado mientras retiraba uno de sus revólveres y verificaba el barril de carga de esa dicha arma —Pero antes de eso, ven acá, debo verificar que tu pulso sea regular, recuerda que tu habilidad altera significativamente tu ritmo cardiaco


Tyler se le acercó, permitiendo que él deslizara una de sus manos dentro de la sudadera del castaño como si verificara su pulso cardiaco, un gesto que hizo reír al castaño con mucha euforia por el cosquilleo que le infundía el tacto del chico sobre su piel. Pero fue reprimido por una mirada de asco por parte del otro chico. Fue así como el castaño se quejó con un suspiró fuerte mientras volvía a trotar en dirección al arco de piedra. Dejando, caminando de forma lenta al par de jóvenes que estaban a su espalda. Siendo Sam el que miraba de forma interrogante al rubio sin desvanecer su sonrisa.


—Ehm... ¿Te cansaste? — fue su única duda mientras caminaba a su lado mientras verificaba los agarres de sus guanteletas de metal —O, ¿por qué fue que mandaste a Tyler le...


—Deja de ser tan bueno por el bien del equipo— bramó Clay mientras se le adelantaba sin siquiera mirarle —No necesitamos al Sam Alexander blando e idiota... Necesitamos al novato que atacaba primero y buscaba el oro, Nova— giró su mirada al azabache que había frenado su caminar mientras se notaba considerablemente pálido por las palabras del rubio —Necesitamos ganar a toda costa

El maestro del rey del mundo (En edición)Where stories live. Discover now