18. Una advertencia.

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Jungkook había escuchado toda la conversación de los omegas, no entendía por qué se sentía tan devastado.

"Quedatelo" había escuchado de la boca de Jimin, y ahora mismo su pecho contenía un dolor extraño, diferente, se sintió rechazado.

Hizo una mueca de dolor.

- ¿Papi Rey te he hecho daño?

Sunoh se acercó y lo miró preocupado. No tuvo tiempo de responderle porque en la puerta apareció el dueño de ese aroma a miel que lo tenía tan necesitado.

Había deseado poder levantarse e ir en busca de ese omega de piel clara y reclamarle por qué no había ido a la habitación, dónde el estaba convaleciente, a cuidarlo.

Había esperado que llegara por sí mismo pero, eso no servía, el condenado omega nunca llegó. Dejando a un lado su orgullo, le había pedido a Yuri que lo trajera, pero él se había negado.

Su lobo alfa había estado enojado con él, quería que lo protegiera como esa noche en el bosque, necesitaba verlo, percibir su aroma ya no era suficiente. Pero después de haber escuchado esas palabras ahora lo que quería eran explicaciones.

Pero no entro solo, se quedó recargado en la puerta haciendo un rechazo con la nariz, ¿era acaso que su olor le desagradaba?

Por una milésima de segundo él lo miró, pero luego solo observó como Sunoh le tomaba la mano y lo jalaba hacia él.

- He traído a mi papi como me lo pediste.

Quería carcajearse del poder de un pequeño niño de 5 años.

- Eres un excelente soldado.

El pequeño empezó a brincar sonriente.

Pero el no podía solo ignorar a Jimin, el estaba recargado en el pilar de la cama y miraba al niño con los ojos brillosos.

- Escuchaste Papi.

- Si, eso es fabuloso.

- Sunoh, ¿que más dijimos...?

- Ohhh - se paró el pequeño pensando - Aaaahhh, ya recuerdo - el niño empezó a caminar alegre hacia la puerta.

- ¿Dónde vas pequeño?

¿Desde cuándo la voz del omega era tan suave?
Un segundo.
Allí había algo raro.

El inspeccionó al omega en espera de ver algo diferente, algún coqueteo o algún síntoma de celo, pero todo parecía estar normal.

Se talló la cara, sentía aún la presión en el pecho. Quería doblegarlo.

Alto Jungkook.

¿Eso es un sentimiento de territoriedad?

- Mi papi Rey me dijo que fuera con Jin y que el me daría unos dulces de recompensa.

El niño salió corriendo y Jimin comenzó a caminar hacia la puerta.

- ¿Dónde vas?

- Me largo, solo he venido por Sunoh - Se detuvo en la puerta y se dio la vuelta - Que sea la última vez que ocupas a mi hijo para tus estupideces, ¿escuchaste?

El desapareció por la puerta. Jungkook se aclaró la garganta.

- ¡JIMIN! - pegó un fuerte grito - ¡REGRESA!

El omega apareció con cara de fastidio.

- ¡ENTRA Y CIERRA LA PUERTA!

- Eres detestable - pero aún así hizo lo que le dijo. - Se que no necesitas de mi ¿para qué me hablaste?

Cuando el amor espera.Where stories live. Discover now