33. Mi amor.

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La mañana era fría pero su cuerpo estaba muy caliente. Su omega estaba encima de él aún medio dormido y se tallaba en el, quebrantando su autocontrol, lo tomó de la cintura cuando se sentó sobre su fiera erección estirando los brazos, despeinado y con la cara adormilada.

- Buenos días.

Su propia voz había salido como un gemido ante el remolineo de sus jugosos muslos.

Jimin lo miró un poco, luego abrió los ojos sorprendido, movió su trasero una vez más haciendo conciencia de lo que había debajo de él.

- ¡Oh por Dios!

Se levantó rápido tratando de quitarse pero, Jungkook lo detuvo, estaba demasiado bien.

- Solo quédate un poco más.

Jimin se recostó en su pecho avergonzado. Pasó las manos por su espalda mientras que él se acomodaba para dormir un poco más, allí había dormido esa noche. Se permitió amarlo un momento más.

- Jungkook, para...

Pero no lo hizo, ahora sabía que él lo notaba, le estaba gustando hacerlo.

- Nunca.

Sobó su columna suavemente, subió hasta su nuca y con la otra mano sostuvo su trasero, amasándolo, empujando sus caderas hacia arriba, sintiéndo que su erección chocaba con la de él.

- Mmmm...

Repitiendo lo mismo una y otra vez, besó su frente y su nariz, con sus pies aprisionó los de él, era una forma distinta de acariciarlo. Era más bien, disfrutando de tener a su omega entre sus brazos.

Él se mantuvo solo agarrándose de sus hombros, suspirando, gimiendo bajito, endulzando la estancia, dejándose amar. Eso era de agradecer, que a pesar de todos sus errores, él estaba allí, disponible para él.

Besó su hombro dejando una pequeña marca, metió sus manos dentro de su pantalón y tomó los dos glúteos en sus manos apretando sus caderas.

- Por favor - eso fue un gemido.

- Por favor ¿qué? - Otro apretón en sus glúteos.

- Jungkook, por favor.

Nunca jamás pensó que el éxtasis lo alcanzaría solo en un par de palabras, su alfa se moría por probarlo de nuevo.

- Ha pasado tanto tiempo cariño.

- Hujum

Se deshizo de lo pantaloncillos de él, dejándolo desnudo. Joder, sentía que solo al verlo tan delicado y necesitado encima de el se correría penosamente. Pero, un delicioso aroma picante lo hizo perder la razón, su omega estaba invitándolo a perderse en él. Jimin tomó su pene y lo dirigió a su entrada, tomando sus labios, besándolo suavemente, con ardor y éxtasis.

- He estado listo para ti desde hace mucho tiempo Koo.

Su erección acarició la calidez entre sus glúteos, pálpito de placer cuando sintió su entrada resbalosa. Gimió en su oído mientras con sus manos masajeaba su piel, movió su erección humedeciendo más su pequeña entrada, él se arqueo, tallándose en su hinchada cabeza.

- Koo... ahora, por favor.

Sus gemidos dulces, su aroma, su disposición, que más podía pedir.

- Espera cariño, no quiero lastimarte.

Acarició la piel de sus caderas sujetándolo para mover a ambos hacia arriba, recargado en el respaldo con su chico encima de su erección.
Lo jaló y besó su cuello, lamió su marca. Sujetó su cintura y tenso más su erección ante su apretada entrada.

Cuando el amor espera.Where stories live. Discover now