3. Un trato.

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Jimin se despertó con la luz del sol, todo su cuerpo le dolía. Pero desconocio el lugar donde se encontraba, se levantó rápidamente.

- ¿Donde estoy?

No recordaba como había llegado allí.
Se asomó por la ventana y comprobó sus sospechas, estaba en el castillo.

- Oh no Jungkook se va a enojar.

Pero antes de que pudiera huir tocaron su puerta.

- Park Jimin

Una chica menuda entró con una bandeja de comida.

- El Rey pide que desayune y que después vaya ala corte.

Jimin se espantó, no quería que se enojara con el.
La chica dejó la bandeja alado de la cama y se fue.

Jimin destapó la bandeja y encontró un montón de fruta y pan. Miro incrédulo. Pero no comio, el tenia mucho tiempo que no comía más que sopa de pescado que el mismo pescaba. No comería nada de allí, ese ya no era más su lugar. Salio, su aspecto era deplorable, estaba totalmente sucio.

Llego ala corte y lo dejaron pasar.

- ¿Rey?

La estancia estaba llena del olor a mango. Se le hizo agua la boca, su cuerpo estaba ahora descansado y recordaba todo lo que el alfa despertaba en el.

- Park Jimin.

- No se que hago aquí, no fue apropósito yo creo que me he quedado dormido, mire yo me tengo que ir, el encargado me azotara si pierdo el día.

Le hizo una reverencia y se dio la vuelta. Pero el llegaba por detrás y lo topo de frente.

- Yo te mandé a una recámara.

- Lo lamento, no debí quedarme dormido.
Ahora me voy.

- Regresaras en la noche.

Jimin no había planeado nada de aquello, probablemente se quedaría afuera hasta que anocheciera. Su estómago delató su falta de comida.

- Desayunaste.

Pero Jimin bajo la mirada.

- No.

- ¿Por qué?

- Por que este ya no es mi lugar, yo me tengo que ir, con permiso.

- Escucha esto que te diré por que solo lo diré una vez.

Jimin se quedó quieto.

- Te ofrezco quedarte aquí en el castillo y cuides de Sunoh.

Jimin se quedó helado.

- ¿Acambio de que?

- de la tranquilidad de mi hijo por supuesto.

Jimin tenía ganas de llorar de felicidad, el Rey estaba teniendo piedad por primera vez.

- Yo..

- Solo tienes que aceptar no abra otra oferta nunca más.

- Acepto.

- Bien Sunoh se pondrá muy feliz.

El alfa lo dejó allí de pie mientras el salía de la corte.

Jimin jugaba con Sunoh, había pasado un mes desde que vivían en el palacio. Sunoh estaba más nutrido y había crecido.

Jimin fue dotado de ropa de los sirvientes así perfectamente se confundía con uno y el así se sentía.

Cuando el amor espera.Where stories live. Discover now