Amigos. (Fadie) #1 ✔

Capítulo 101

Finn:

Siempre, pero siempre hay que dejar que te den una explicación, no hay que hacer drama sin antes escuchar a las personas incluidas.

Sadie estaba a punto de llorar cuando su mamá se acercó a ella y le explicó todo. Resulta que solo su hermana se va a ir, se va a la universidad en Colombia.

-lloré para nada- su mamá sonríe.

-no niegues que la vas a extrañar.

Asiente. Aunque las dos parezcan perros y gatos, en el fondo se aman con locura y la una se perdería sin la otra.

-¿por qué no me dijeron nada?- yo opino que este es uno de esos incomodisimos momentos en los que no hago falta, pero me da pena intervenir en la conversación para despedirme.

Su hermana baja las escaleras y la mira con una sonrísa.

-si me hubieras dicho, hubiéramos podido pasar como mínimo una noche juntas.

Ingrid la abraza. Van a llorar, van a llorar.

-¿quién dijo que no podemos? Me voy el sábado.

-¿y las cajas?

-ellas se irán primero, no quiero ir incómoda en el viaje.

Sadie sonríe. Me quita su bolso de mis hombros y me empuja hacia la salida.

-pensé que me iban a invitar- sonrio

-no, solo quiero pasar el tiempo con Ingrid. Te amo, vete con cuidado. No me llames apenas llegues, voy a estar ocupada.

Es la mejor amiga... Novia... ¿Amigovia?

Sadie:

Mamá dijo que se encargaría de las cajas, nosotras íbamos a empezar a disfrutar todo desde temprano.

-¿qué mejor manera de disfrutar que hacer un pastel?- sonrio. La cocina va a terminar hecha un desastre y las dos sabemos que a Mamá le va a dar un infarto cuando ya todo haya terminado.

Mientras hacíamos las mezclas, las dos hablábamos de recuerdos de la infancia. Nuestras navidades, año nuevo, cosas tristes, cosas felices. Peleas de hermanas.

En estos momentos son en los que me entra el sentimentalismo y quiero llorar. No me puedo imaginar yo sola en casa. Me voy a sentir tan vacía. Mis ojos se humedecen y no puedo contener las ganas de llorar.

-¡Sadie no llores, vas a hacer que el pastel se vuelva salado!- la miro y me Dan más ganas de llorar-¿por qué lloras?

Cómo si no fuera obvio. Como si no supiera que la voy a extrañar como a nadie.

-ya sabes- se acerca a mi y me rodea con sus brazos.

-no llores, vamos a seguir hablando. Si quieres, podemos hacer llamada o vídeo llamada todas las noches y tú me podrás contar tu día, y yo a ti el mío. No es como si nunca más nos vamos a volver a ver. Vendré en vacaciones, Navidad. No te vas a deshacer tan fácil de mi.

Besa mi sien y yo la abrazo más fuerte, olvidando que en mis manos tengo la pala con la que estaba mezclando la masa.

-oh, oh- sonrió al ver el cabello de mi hermana pringado de la mezcla color piel.

-¿qué?

En el momento en el que su gesto cambia, yo dejo de llorar y me comienzo a reír. Ingrid se toca el cabello y abre los ojos.

-¡esto no se va a quedar así, rata de dos patas!

Mete su mano en el platón y la pringa de masa. Idea de pastel arruinada. Pasa la mano por mi cara y me ensucia toda.

Corre hacia otro extremo de la cocina. Mala idea, ahora yo tengo el control de la masa. Agarro el platon y me dirijo hacia ella.

-¡no, Sadie, no!- se lo echo encima y sonrió al ver su cara.

-voy a tener que bañarme.

-¿no pensabas hacerlo? Cochina.

Me abraza y me embarra toda. Ahora yo tengo que bañarme también.

-¡me pido el baño de primera!- comienza a correr. No la sigo.

-tenemos dos baños.

(...)

Pijamas listas, y cebollas despeinadas en el cabello. Mascarillas y una buena película.

-¿que hay de James?.

-vamos a intentar una relación a distancia. Sólo queremos ver cómo nos va. Quedamos en que si no funcionaba, íbamos a cortar en Buenos términos.

-¿no crees que esta Nutella está como muy oscura?- miro el frasco de Nutella. Meto mi dedo y después lo llevo a mi boca- ¡ya ni siquiera sabe a Nutella!

-¡eso no es Nutella, boba! Es mascarilla negra, para los puntos negros.

Saco mi lengua y la limpio con la toallitas que estaba a un lado.

-¡¿por qué la tienes ahí?!

-me es más fácil agarrarla con la brocha.

-pudiste haberme matado.

-no es mi culpa que solo pienses en comida.