Capítulo 30

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Cuando llegamos a casa, me moría de ganas de arrastrarme en la cama y abrazarme con Corey, sonreí al pensar en él, lo extrañé. Bostecé cuando salí del auto, cerrando la puerta de golpe.

— Oh, Dios, quiero tomar un café ahora mismo — dijo Drake mientras caminábamos hacia la puerta.

— ¿Café?, podrías dormir un poco. ¿Por qué te encanta quedarte despierto toda la noche? — inquirí y se encogió de hombros.

— Me encanta la noche — declaró.

— No puedo esperar hasta que hayas terminado con la escuela, podemos salir a beber, quedarnos despiertos toda la noche. Va a ser increíble — dijo y me reí.

— No puedo esperar — comenté, entramos y Drake cerró la puerta con llave después de que entré.

— Bueno, nos vemos mañana, calabaza. Voy a ir a hacer café — mencionó y puse los ojos en blanco ante sus tontos apodos.

— Buenas noches — dije, se dirigió a la cocina y yo corrí escaleras arriba.

Tan pronto como llegué a la puerta de mi habitación, esta se abrió y Corey se encontraba allí, su cabello estaba desordenado y solo llevaba boxers, parecía que ya había estado en la cama. Sus ojos se abrieron y sonrió.

— Wow — expresó.

— Hola — saludé, sonreí y él soltó una carcajada.

— El cabello ... wow — comentó y me reí.

— Drake me convenció ¿Te gusta?

— Te ves increíble — mencionó, me mordí el labio y contuve una risa. Podía sentir mis mejillas calentarse

— ¿Te gustaría entrar a la habitación? — preguntó y me reí.

— Sí, eso estaría bien.

Entré en la habitación y él cerró la puerta detrás de mí envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.

— Te extrañé.

— Yo también te extrañé.

— Oh, ¿en serio? No creo, estabas demasiado ocupada divirtiéndote. Tiñéndote el cabello y Dios sabe qué más, hueles a cigarrillos.

— Sí ... Drake me ofreció algunos — dije.

— ¿Qué?

— Sí.

— ¿Entonces aceptaste la oferta? — inquirió y asentí.

— ¿Por qué? — agregó y me encogí de hombros.

— ¿Cuántos fumaste?

— Tres ... cinco.

— ¿Por qué demonios lo hiciste? Sabes lo malo que es eso.

— Sí, pero yo ... — no terminé habar, ya que no tenía una excusa.

Él sacudió la cabeza.

— Eso tiene que ser lo más estúpido que has hecho, ¿te das cuenta de que podrías morir por fumar?

— Te preocupas demasiado.

— No, no lo hago, solo hace falta un cigarrillo para volverse adicto. Fumaste cinco, eso es mucho.

— No voy a hacerlo de nuevo.

— Demonios, tienes a Drake ofreciéndote, va a ser bastante fácil hacerlo de nuevo — comentó y miré hacia abajo.

— Fumar es como inhalar veneno. Dios, Arabelle, ¿por qué hiciste algo tan estúpido?

— ¿Por qué estás creando un gran problema con eso? Fueron un par de cigarrillos, no voy a morir — dije, sonando más enojada de lo que había querido decir.

Forzada a Comprar un Esclavo Vampiro Where stories live. Discover now