Capítulo 8

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Después de la escuela Corey y yo caminamos a la limosina, cuando llegamos todos estaban parados a un lado platicando.

— Hola chicos — dije.

— Hola — contestaron todos.

Todos subimos a la limosina y comenzamos a dirigirnos al centro comercial, me di cuenta de que Corey tiene problemas con el espacio personal, ya que no permitió que nadie aparte de mí se sentara a menos de 60 cm de él, pienso que está un poco loco. Llegamos al centro comercial y vi el lugar donde Sam me dijo que se perforó el labio (tuve una idea)

— Oigan, voy a ir a esta tienda, pero los encontraré luego — dije, todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a caminar hacia las tiendas, Corey se quedó a mi lado.

— Vamos — mencioné caminando hacia la tienda.

— ¿Qué estás haciendo? — él preguntó, sospechosamente.

— Voy a que me perforen la nariz — le respondí.

— ¿Qué? ¿Lo dices en serio? — inquirió con curiosidad.

— Por supuesto — respondí.

Estaba muy emocionada, había querido un piercing en la nariz desde hace mucho tiempo.

— Sabes que va a doler — comentó Corey.

— Y eso que, muchas cosas duelen — declaré — resultó que Corey tenía razón, me dolió mucho.

— Maldito — dije, sintiendo el nuevo piercing.

— Te dije que iba a doler — expuso, salimos y nos dirigimos a una tienda de ropa.

— Necesitas ropa nueva — le dije a Corey.

— ¿No te gusta mi ropa? — él inquirió.

— Necesitas más — declaré, entré a la tienda y le arrojé unas prendas.

— Toma esto — le dije a Corey.

— Claro — expresó.

Después de reunir una buena cantidad de ropa para Corey y algunas cosas para mí, más que algunas, salimos de la tienda y fuimos a buscar a mis amigos. Los encontramos en una tienda de CD.

— Oye, ¿qué diablos? — manifestó Sam.

— ¿Te gusta? — inquirí refiriéndome al piercing en mi nariz.

— Me encanta, es rudo — declaró Sam haciéndome reír. Corey y yo revisamos la tienda de CD's.

— Entonces, ¿qué pasó con que te dijera que no me hables? — preguntó Corey.

— Como si fuera a escucharte — respondí.

— Deberías.

— No, no debería.

Después de unas horas, no fuimos del centro comercial y llevé a todos en sus casas.

— ¿Alguna vez has hablado con alguien? — le pregunté a Corey.

— He hablado contigo — declaró.

— Quiero decir, además de mí.

— No — comentó y yo rodé los ojos.

Llegamos al castillo y caminamos en dirección a la oficina de mis padres.

— Estoy de vuelta mamá — le dije entrando a su oficina

— Bien cariño — mencionó mi madre levantando la vista de su escritorio — Qué — suspiró — Por favor dime que es una broma — declaró mi madre refiriéndose a mi nuevo piercing y mi padre levantó la vista.

Forzada a Comprar un Esclavo Vampiro Where stories live. Discover now