Capítulo 28

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Salí del centro comercial y caminé hacia mi auto, le dije adiós a Mary y le prometí que volveríamos a pasar el rato pronto.

Llegué a mi auto y me detuve a mitad de camino, mirando al parabrisas trasero.

— Tiene que ser una broma — dije en voz baja.

Alguien había tomado pintura roja y escrito "amante de la sanguijuela" en mi parabrisas trasero, respiré hondo. ¿Qué pasa con la gente, por qué desquita su enojo en mis autos?, ellos unca les hicieron nada.

Sentí que alguien me rodeaba la cintura con los brazos.

— ¿Qué estás mirando? — inquirió Corey.

— Um, el ... — me detuve y él me soltó, caminando hacia la parte trasera del auto.

Se quedó parado allí con los brazos cruzados y lo escuché respirar profundamente.

— Yo ... no pensé que se pondría tan mal — dijo y soltó una risa amarga — Debería haberlo sabido.

— Sí ... será mejor que valgas la pena — dije sarcásticamente.

El me miró, la expresión de su rostro lo decía todo, no debí haber dicho eso, incluso si estaba bromeando. Sus ojos parecían un verde mucho más oscuro que el color habitual.

— No quise decir eso, solo estaba bromeando, por supuesto que lo vales — aclaré y él lentamente miró hacia otro lado y murmuró algo en voz muy baja.

— ¿Qué? — le pregunté y sacudió la cabeza.

— Nada — replicó, descruzó sus brazos y se metió en el lado del pasajero del auto.

Me estremecí un poco cuando la puerta del auto se cerró de golpe, ni siquiera pidió conducir, debe estar realmente molesto. Mientras estaba parada en el estacionamiento vi a un grupo de personas caminando a mi lado.

— ¡Mira, es la princesa chupasangre! — escuché a alguien decir.

Me mordí el labio cuando pasaron a mi lado, un chico que sostenía un vaso de plástico en sus manos pasó más cerca de mí, me miró y dijo:

— Eres una escoria como ellos — luego arrojó su bebida sobre mí, salpicándome con el refresco que contenía su vaso ahora vacío.

Los escuché reír mientras cerraba los ojos para deshacerme del refresco que había entrado dentro de ellos, escuché la puerta del auto abrirse y cerrarse mientras me limpiaba los ojos. Parpadeé, abrí los ojos y vi a Corey golpear al chico que me arrojó el refresco.

— ¡Corey! — exclamé.

Me ignoró, agarró al tipo por el pelo y golpeó su cabeza contra el piso del estacionamiento. Mi mandíbula cayó ligeramente.

— Corey, por favor detente — dije.

Agarró la garganta del chico y pude ver sus dedos clavándose en el costado de su cuello. Llegaron dos guardias de seguridad del centro comercial, ambos guardias agarraron a Corey y lo detuvieron, tirándolo por la espalda para que cayera de cara sobre el piso, comenzaron a dirigirse hacia él y yo me paré frente a ellos.

— Retrocedan, él está bien — les dije.

— Claro, pues no lo parece, tal vez deberías mantener tu chupasangre con una correa de ahora en adelante — dijo uno de los guardias con una risa tensa.

Ignoré el comentario, vi a Corey golpear su puño contra el concreto, el guardia comenzó a caminar hacia él nuevamente, pero lo miré y se detuvo.

— ¿No deberías estar más preocupado por él? — comenté e hice un gesto al tipo que yacía en el suelo, agarrando su cabeza donde la sangre brotaba y haciendo una mueca de dolor. Lo miró.

Forzada a Comprar un Esclavo Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora