Episodio 84- Lo olvidé.

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Episodio 84- Lo olvidé.

–Fuiste duro con ella. –le digo mientras él me quita el vestido con prisa, ha estado a segundos de rasgarlo cuando le he dicho que me encanta.

–Eso no es ser duro, ser duro es lo que ella ha estado siendo contigo incluso cuando, levanta los pies querida, –dice interrumpiendo su respuesta mientras me nalguea. –Estas intentándolo, mucho, y sé que lo intentas. Quítame los gemelos.

Me giro para buscarle la boca y lo beso carnalmente mientras su mano anda por mi cuerpo como nómada.

–Es tu madre y sé que no debería decir esto, pero solo te protege. –así como el arrojo mi vestido de una patada, arrojo al primer rincón los gemelos de los puños de su camisa y procedo a quitarle los botones, en el proceso él me mira con pasión, desespero y la sombra de la burla baila por sus ojos, su mirada no es como la de antes, la que le dedicó a su madre.

En este momento es mi hombre, mi semental, quien me toca con adoración y me besa carnalmente, quien me susurras cosas sensuales y sucias a la vez mientras estamos entrelazados. Ese es el hombre que me mira.

Me deshago de la camisa mientras le escucho deshacerse los pantalones.

– ¿De qué diablos quiere protegerme? No es como si no supiera la clase de mujer que eres, es igual de vengativa y maliciosa que tu, así que debe saber, que como ella tu tampoco estas detrás del dinero.

Le miro entre sorprendida y furiosa.

–Sabes muy bien que me encanta deshacerme de tus pantalones. –reclamo. –Y debo decir que tengo la impresión de que tu madre y yo no nos parecemos en nada y ahí está el asunto, si fuera como yo sabría que en verdad voy en serio contigo.

– ¿Vas en serio conmigo, señorita Santana? –Se burla.

¡Joder, que sexy!

Mi respuesta es una carcajada cuando el juguetón de mi novio llega a la ecuación y me arroja a la cama.

–Estoy seguro que en algún lugar del multiverso están nuestros dobles haciendo el amor con velas, flores, música romántica y demás, pero yo no tengo tiempo para preparar algo como eso luego de lo que me has dicho, pero a falta de todo eso te compensare con una buena velada entre mis brazos.

Quiero reírme y lo hago, pero cuando termina de hablar esta tan serio y apasionado que solo me incorporo un poco y lo beso.

¡Qué hombre! ¡Por amor a Dios!

Estoy perdida entre sus brazos, mis dedos experimenta cosas inimaginables tanto como mi punto más sensible, el aroma a pasión inunda nuestras narices, el sabor del otro es adictivo y debo decir que no hay nada más placentero que estar así con él. No hay pensamientos raros, no hay padres iracundos, no hay familias locas, solo estamos él y yo.

Haciendo el amor luego de haberme declarado de la forma menos romántica y real posible. No hablamos en el sexo, pero los cumplidos y las bromas tontas salen de nuestras bocas como cantico melodioso, su respiración me eriza la piel y las palabras sucias que acompañan las dulces, es justo lo que necesito para dejar de lado a la Drew que se ríe bajo su amante y tomar el dominio de aquello y montarlo como una amazonas mientras soy azotada y dominado incluso cuando creo que estoy a cargo.

¿Sera posible? ¿Por qué siento que esto es más intenso que en otros encuentros? No es el hecho de estar en ello, es de la forma en la que percibo todo en la que todo encaja mejor, en la sensación de...

¡Ay, Amir!

Era de madrugada cuando para revisar la hora vi un mensaje de Wyatt que decidí leer por mera curiosidad.

Drew ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora