98- Nosotros, nosotros. Ustedes

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El cumplió su promesa, tenía dos bicicletas nuevas y en estilo retro, negras con gomas marrones y canasta, en la entrada de la casa, una cámara instantánea y otra para grabar muy moderna y compacta con la cual también podía tomar fotos geniales. Con eso vino una pequeña nota adjunta en donde aclaraba que el cachorro vendría luego de la boda y luna de miel.

¿En serio no pondrá pero sin importar que ya tenemos un par de gatos gruñones en casa?

¡Genial!

Estaba loca por salir a pasear, pero el clima no era favorable y tenía un doctor no certificado en casa que no quería que levantara ni un mondadientes. Bastante molesto, pero lo entiendo, ayer pasamos un susto horrible y que salga en la bicicleta lo hace imaginarse un sinfín de cosas feas que me erizan la piel.

Estoy bien, físicamente, pero emocionalmente es probable que necesite un tiempo fuera, esto no es nada parecido a como lo vi en mi mente. Es por ello que debo entretenerme, debo ocupar mi mente en otras cosas y lo externo, se lo comento, pero el solo agrega que tenemos una boda, que puedo ocupar mi mente ahí, cuando lo escuché desee tener una sartén, lo habría golpeado.

¡Todo el asunto de nuestra boda es lo que me tiene así por tu madre!

Quise gritarle, pero solo me hice pequeña en el sofá de su estudio hasta que se dio cuenta de que estaba mal y fue a acariciarme el cabello y a besarme. Debo agradecer que sea tan comprensivo de vez en cuando.

–Animo, campeona, descansa hoy, mañana es tu chequeo de rutina e iremos nueva vez con el doctor.

Rodee los ojos, no estaba esperando escuchar eso, no otra vez, y menos que me dejara tan pronto y se metiera de lleno en sus asuntos de trabajo.

Me entristeció su lejanía, aunque intenté ser comprensiva y lo dejé trabajando mientras caminaba y me tope con Steven.

Debo decir que tener a su familia en casa es diferente esta vez, la tensión sigue, no es algo que vaya a desaparecer de un día para otro, incluso cuando ayer estábamos teniendo un buen momento en la cena y luego de ella mientras jugábamos como cuando llegue aquí por primera vez, pero todos se están esforzando y yo igual.

La faceta que me narró mi hombre ayer, no la he visto, pero su forma callada y distante frente a su familia me dice que lo intenta para cuidarme, no quiere bajar la guardia que subió ayer y se que tendré este hombre por un buen tiempo, no se por cuanto, pero sé que no se irá aun.

Conmigo es igual, no siento que hay algo diferente entre otros días, pero solo han pasado horas desde el incidente, no sé cómo será el resultado de este nuevo zorro astuto, guardián, que tengo rodeándome de forma protectora.

Doy total crédito a aquel refrán que cita que nunca terminas de conocer a una persona, sé que es cierto, me voy a casar con un hombre que a pocos días de nuestra boda me ha confesado que reprime su verdadera naturaleza ¿Por qué será? Sé que él sabe que no me iré por ello, el conoce cosas horribles de mi persona y no por ello se ha largado, he jodido su familia, he formado un circo en más de una reunión con sus amigos y él sigue a mi lado, me alegra que fuera lo suficientemente abierto al respecto y no me incomoda en lo absoluto que hasta ahora lo haya hecho.

Mi hombre es un enigma que estoy dispuesta a ir descubriendo con paciencia.

&

Discutimos en frente de su familia, le propuse a Stev cocinar algo y jugar un poco, las cosas se salieron de control cuando los demás llegaron, el no da su brazo a torcer en cuanto a mi descanso aunque yo me siento bien, así que intentando no perder la compostura y como si fuera una niña malcriada me largo de allí a mi habitación, me incomoda y sé que irá a buscarme allí y me largo al closet, pasan las horas y me he quedado dormida, cuando despierto, Beth está entrando por la puerta con cautela y cuando me mira directamente se congela.

Drew ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora