Episodio 18 - Fantaseando

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Anabella, mi madre tenía días frecuentando mis sueños, no la extrañaba, si lo hiciera ya me hubiese puesto en contacto con ella y ella tampoco me extraña, porque si así fuera...

La cosa es que tenía un mal presentimiento, decía así, aunque no estaba segura de lo que era, era como si la fuera a ver pronto, y solo de pensarlo la piel me ardía y se erizaba.

Ramsés salió por dos días, le dije que no me quedaría sola, no lo hice, las chicas estuvieron conmigo, Anna y Camila, claro que dejándome bien temprano sola por el trabajo.

Brad también vino a verme al igual que Amy y los hijos e hijas de estos. Así que no estuve tan sola.

Conocieron a las muchachas y les agradaron, a mi me encantó ya que... ellas me encantan.

La primera noche no hicimos mucho, vimos películas, nos tomamos fotografías luego de que nos maquilláramos para salir a ningún lado e intentamos hacer una pijama da que no funciono porque nos quedamos dormidas.

En la tarde del segundo día estábamos alocadas, Camila estaba llenando documentos importantes para solicitar nuevos puesto de trabajo, ascender, mientras yo y su hermana la molestábamos. Llegué a besarle la boca cinco veces y al parecer le gustaba porque cuando sabía que iba a por ella giraba el rostro y en una de esos besos abrió la boca y saco la lengua. Yo se la mordí.

–Eso fue asqueroso– había dicho Camila mientras se partía de la risa.

Y quizás por maldad y por otro tanto de curiosidad, esa noche mientras ella veía una película, yo y su hermana nos toqueteamos como desquiciadas, cosa que molesto a su hermana quien nos golpeo con los cojines.

Y luego de destapar cuatro botellas de vino de Ra, y hacer un horrible desorden e incluso de romper dos de esas botellas y una de las copas por el "mareo" que nos provocaron, nos fuimos a dormir.

**

–Buenos días malditas, sabes que no me dejaron dormir– escuché a Camila decir, Anne y yo nos miramos e hicimos lo que planeamos la noche anterior o más bien esa madrugada entre risas, cuando nos despertamos a ir al baño al mismo tiempo.

–Hola– le dije llegando hasta ella y tomándola de la cintura, ella se inclinó y nos besamos, sonreí.

–Hola, amor– me dijo juntando su frente con la mía.

–Les conseguiré unos penes grandes,... les conseguiré unos hombres negros, supongo que están falta de macho. – yo y su hermana reímos, no nos sentíamos incomodas, y ya lo de la noche anterior había pasado incluso estaba cómoda con besarla.

– ¡Aja! – dijimos al unisonó.

El desayuno estaba hecho, aunque no fuera una experta, Camila hace los mejores panqueques que he comido, tenía que decirle a Ra.

Comimos molestando a Camila otra vez, le mostrábamos la comida masticada.

Anne salió primero que su hermana, mientras ella y yo hablábamos de las perrerías que debíamos hacer cuando saliera de mi reposo forzado. Yo estaba que quería bailar y brincar, me lo impedía todo el mundo.

Mas una vez me quede sola comencé a limpiar en ropa interior mientras escuchaba música animada a todo volumen en el reproductor de Ra.

Fue quizás el error más grande, porque el dolor en mi espalda comenzó a extenderse y ya luego no podía estar de pie, pero Ramsés no podía encontrar su casa vuelta un desastre.

Drew ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora