Imposible (Larriet Stylinson)

Capítulo 7

Sonó la alarma, Louise se levantó y  casi le da el telele cuando ve que Harriet no está, seis de la mañana es temprano el teléfono siempre vibraba puntual, lo tenía en vibrador para no despertar a su compañera pero por alguna razón hoy no estaba. Harriet no madruga, ella odia madrugar entonces ¿Por qué lo hizo? “Tal vez se quedó con Nidia o algo así, sí eso debe ser” pensó Louise.

Estaba alistando sus cosas cuando entró Harriet, ya duchada y casi lista para irse, el plan era simple, tratar de pasar más tiempo con Louise y así indagar sus emociones, ella pasa casi todo el día ocupada y el mejor tiempo para hablar con ella es la mañana, claro que nunca ha podido hablar con ella a esa hora porque siempre está dormida.

-Buenos días Lou – ¿Qué bicho te pico ahora? – ¿Qué? ¿No puedo madrugar? –Tú lo has dicho, no puedes, amas demasiado dormir –Sí, pero pensé que estaba desperdiciando mucho tiempo en dormir cuando podría estar haciendo cosas productivas –Louise solo levanta una ceja en señal duda pero decide no preguntar más. – ¿Ya desayunaste? –Pregunta Harriet esperando que la respuesta sea no –No, voy a desayunar justo ahora ¿vienes? –Claro.

Ambas chicas bajaron a comer, aún era temprano  así que tenían tiempo para hablar –Louise, ¿eres buena dando consejos? –Bueno, no sé, depende ¿Por qué? –Bueno es que me gusta alguien y no sé qué hacer –Creo que ese tipo de consejos deberías buscarlos en Lir, ella tiene novio y ella sabe cómo conquistar a un chico porque si te digo mis tácticas  probablemente asustes al tipo –Harriet sonríe un poco, Louise instantáneamente pensó que estaba hablando de un chico y Harriet no sabe si preocuparse o no por eso porque la verdad ni ella se lo esperaba -¿a ti te gusta alguien Louise? –la de ojos azules no sabe que contestar si dice que sí puede que le pregunte quien y la verdad su corazón no la deja decir que no –Sí aunque estoy casi segura que a ella no le gusto -¿Por qué lo dices? –Bueno Hazz, siempre es difícil saber si a la otra persona también le gustas y para los homosexuales es aún más difícil porque primero tenemos que saber si a esa persona le gustan los de su mismo sexo y bueno, dudo que a ella le gusten las mujeres.

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Iba camino saliendo del edificio cuando la vio –Hey hola Larissa –dijo la alegre rubia –Hola Nidia, no sabía que estabas en ingeniería, ¿Qué seguiste? –Ingeniería química ¿y tú? –Industrial –Es tu primer año ¿verdad? –sí, tu estas en el segundo igual que Lirmary supongo –Sí, suerte en el primer año, si puedo ayudarte en algo solo toca la pared y yo la atravesaré para ayudarte –bromeó Nidia –Gracias –dijo riendo un poco –¿Tienes clase ahorita? –No de hecho acabo de salir de la última –Genial, ¿quieres venir a almorzar o tienes planes? –No claro que no, casi no hablo con nadie así que vamos.

-  ¿Tú no eres de por aquí verdad? –Preguntó Nidia –No, vengo de España –Eso explica el lindo acento –Y tú vienes de Irlanda ¿verdad? –Sí pero me mude aquí cuando tenía 14, ¿cómo supiste? –Soy médium y pues puedo leer la historia de las personas en sus ojos –Nidia se asustó con lo que Larissa le acababa de decir –Es broma, Lirmary me lo dijo – ¡Me asustaste! –dijo Nidia lanzándole una papa frita a Larissa. Se llevaban bastante bien para tener dos semanas de conocerse, y es que dicen o hacen algo gracioso a cada minuto y ambas logran reír, se puede decir que Nidia al fin encontró a alguien a quien le faltan casi los mismos tornillos que a ella.

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Suena, o más bien vibra, la alarma y esta vez sí encontró a Harriet dormida, Louise sabía que no duraría más de una semana así que se alista sin hacer ruido y se va para dejarla dormir.

Casi una hora después Harriet se despierta e intenta ver la hora pero  no puede porque no cargó su teléfono o sea que la alarma tampoco sonó – ¡Mierda! –gritó encontró el reloj de Louise y ve que son las ocho menos cuarto, su primera clase empieza en 15 minutos y ella apenas se está  levantando. Se cambia lo más rápido que puede con lo primero que encuentra y solo se hace un moño en el cabello, no tiene tiempo de peinarse y para su desgracia los únicos zapatos que tenía cerca eran sus plataformas –hora de poner las lecciones de modelaje en uso –dijo y se fue corriendo.