[HIATUS] Aliento del lobo • Kimetsu No Yaiba.

3- Yo y cinco.

Como supuse, aquellos tres tenían mucho potencial. Inosuke, Tanjirou y Zenitsu-kun ahora estaban juntos y siempre iban a las mismas misiones, según me informó Kasu.

Cada vez parecían hacerse más fuertes y lograban sobrevivir a peligrosas misiones a las que cazadores de demonios de mayor rango no. Como aquella misión en una montaña, donde la luna demoníaca (menor) cinco residía junto a otros demonios con su aspecto. Los tres salieron muy heridos, pero fueron llevados con Kochou-sama para su recuperación y posteriormente entrenamiento. Se supo que Tanjirou-kun llevaba consigo un demonio, el cual era su hermana, pero el Patrón le dio permiso de llevarla. Además, una gran noticia recorrió a todo el cuerpo mata-demonios: ¡Un cazador rango 10 se había encontrado con Kibutsuji Muzan! Y eso que ni siquiera los pilares se habían topado con él.

(Y aquí se corta la fidelidad al manga/anime)

Posterior a su recuperación, Tanjirou, Zenitsu e Inosuke-kun fueron asignados a una misión en el mismo lugar donde yo me encontraba.

Estaba a las afueras de un pueblo, pues no me dejaron pasar por llevar cinco lobos. Nadie creía que realmente fueran lobos, esas fieras enormes de los bosques, así que me prohibieron entrar al pueblo con mis "perros salvajes", que es casi lo mismo.

Por alguna razón, desde que tengo memoria, en casa siempre había lobos. Los tratábamos como nuestros fieles compañeros, y nunca teníamos solo uno, puesto que ellos andan en manada. El día que mataron a mi familia, también asesinaron a muchos de los lobos que vivían en casa. Pero hubo tres adultos entre los canes que pudieron detener a los dos demonios mientras cinco de sus los cachorros y yo escapabamos. Siempre recordaré con orgullo y cariño a esos tres; Nakotsu, Niko y Chika, quienes ahora son inmortalizados en mis técnicas de espada, los primeros tres estilos. Por la influencia de la familia ahora atraigo mucho a perros y lobos. Sin embargo, mis inseparables compañeros son esos cinco cachorros que huyeron conmigo aquel fatídico día.

༘༘*∗

- Dekotsu, Misu, Ichika, Yukiko, Hina. - estos eran aquellos cinco cachorros, que me acompañan fielmente desde aquel día.

Dekotsu (De: confiar. Kotsu: movimiento de espada), es un macho, hijo de Nakotsu y otra hembra muerta.
Misu (Mi: Mi/Nuestro. Su: compromiso), es también un macho, medio hermano de Dekotsu, hijo de la hembra Niko.
Ichika (Ichi: Proteger. Restando la "I", Chika tiene el kanji de amor), es hijo de Chika y otro macho ya muerto.
Yukiko (Yuki: son los kanjis de "nieve". "Ko" se agrega usualmente al final de los nombre de mujer), es hija de Niko y Nakotsu, hermana de Misu.
Hina (Hi: Sol, aunque sol se dice de otra manera. Na: Quieto (calmar). Da una idea de tranquilidad), hija de otros dos lobos que murieron en cuanto los demonios entraron a casa.

Ellos eran más inteligentes que otros animales, por como podían entender lo que los humanos ordenaban y decían, y pensar si era bueno seguir las órdenes o no. Sabían discernir entre una situación de alto riesgo y una que podrían superar con algo de dificultad. Al ser lobos y estar familiarizados con el olor de los demonios, podían identificar el olor de uno a 3 kilómetros de distancia. Era fácil para ellos identificar enemigos de alíados, y esto lo sabía porque ya nos habíamos cruzado con Nezuko en la hacienda mariposa y ellos no la atacaron, la trataron como otra humana aunque tuviera el olor de un demonio.

Yo no tengo las habilidades de ellos, ni las de aquellos tres talentos que me parecen tan interesantes. Tenía un buen olfato, casi envidiable, mi primer año en el cuerpo de cazadores, pero por un accidente perdí la capacidad de percibir olores, igualmente el sentido del gusto. Mi sentido del tacto es casi nulo, me guío mucho por la vista. Esta misma es pobre de día, lo que es afortunado, pues me da ventaja en las noches y cazo demonios con mayor comodidad. Lo que es casi perfecto es mi oído, sin embargo no tengo la capacidad para escuchar el sonido de los pensamientos (como sé que puede hacer Zenitsu-kun) ni diferenciar los sonidos que hacen las personas según sus emociones, estados de salud, etc. Lo único que puedo escuchar es pasos lejanos, el sonido de los demonios, el de los lobos y otros más. Mi oído es como el de un lobo, sin capacidades sobrenaturales.

Pero dejemos de hablar de mí.