50. Confía en mí

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No os entretengo, al final me contáis que os ha parecido el capitulo..

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Después de esos meses, iba a ser una sensación extraña volver a esa comisaria. Se había ido sin despedirse, dejando a sus mejores amigos, Lincoln y Anya en el hospital, sin ofrecerles su ayuda para recuperarse tal y como había prometido, y huyendo de unos sentimientos que no podía controlar.

Clarke le había contado que aceptaba el chantaje de Finn, pero sabía que la rubia le seguía ocultando cosas y eso le dolía más. Le hubiera apoyado en todo, siempre y cuando, lo hubieran decidido entre las dos y con toda la verdad por delante. Estaba dolida y era cierto que intentó buscar refugio en otras mujeres, pero nunca llegaba hasta el final, algo de seducción, unos besos y salía huyendo de nuevo. En ese momento, ninguna mujer podía sustituir el lugar que Clarke tenía en su corazón, lo único que creía necesitar era tiempo y esa misión para no pensar.

Había sido duro estar esos meses infiltrada con los Azgueda. Su tío Gustus le había contado algunas cosas y lo difícil que era ver como los delincuentes, hacían sus chanchullos, pegaban, extorsionaban o abusaban de la gente sin poder hacer nada para evitarlo ya que debían seguir un papel para conseguir la información que necesitaba.

En su caso, primero en las calles acompañando a Roan y Ontari, después en la prisión y, finalmente, la detención de Nía y la muerte de Ontari a manos de Roan le habían acectado en exceso, más de lo que pensaba. El desgaste psicológico era muy elevado y lo que más le estaba torturando era que la joven Azgueza le había salvado la vida cuando ella le había engañado y usado para sus fines. En un principio, no formaba parte del plan acostarse con ella, solo ganar su confianza y entrar en la organización, pero algo de alcohol y la necesidad de información, le hizo hacer algo que no esperaba que fuera necesario, además de la atracción física que era evidente. Poco a poco y tras algunas confesiones que le hizo la morena, sintió la necesidad de protegerla, de sacarla de esa maldad en la que Nía y Roan le habían metido y a la que le habían sometido , y tras su muerte, se sintió culpable.

¿Se había enamorado de ella? No, de eso estaba segura ya que unos ojos azules seguían torturándole por las noches, pero no podía negar que algún sentimiento tenía, ¿lástima? es posible y no pudo negarse a decirle, en su lecho de muerte, que se iría con ella, al menos, vio un atisbo de felicidad en su rostro, en los últimos momentos de su vida.

Lo mejor de esos meses de trabajo, fue, que la persona que ordenó matar a su padre, iba a pagarlo, esta vez iría a una prisión de máxima seguridad sin ningún privilegio. Le interrogaron sobre ese hecho y ni siquiera se acordaba del nombre, solo que había un jodido poli metiendo las narices en su negocio y decidió cargárselo. Lexa, llena de furia, quiso entrar en esa sala de interrogatorios, darle una paliza y decirle que ella le había pillado, y que era ella, la que había acabado con el bastardo de su hijo, pero Costia le hizo entrar en razón, esta vez, Nía, pasaría el resto de su vida en la cárcel y no valía la pena ensuciarse las manos con ella.

Después de dejarlo todo bien atado y que quedara claro que la muerte de Roan había sido en defensa propia, Lexa, junto con Luna, se habían dado el lujo de disfrutar de unas pequeñas vacaciones juntas. Las dos necesitaban relajarse, recuperarse física y mentalmente de todo lo sucedido esos meses. Luna y ella habían construido una bonita amistad, incluso Lexa le había dicho que pidiera el traslado y se mudara a Nueva York, la agente le contestó que lo pensaría. Con la muerte de Nyko, tenía muchos recuerdos de su ciudad y es posible que, un cambio de aires le viniera bien. Luna, por fin veía vengada la muerte de su prometido, al igual que Lexa, la culpable pagaría por lo que hizo.

Esas vacaciones le sirvieron a la castaña para mitigar su culpabilidad por la muerte de Ontari, pero tenía algo más que rondaba su cabeza y que no le dejaba dormir bien por lsos noches y eran unos sentimientos que seguía teniendo por cierta científica rubia y un pequeño adorable llamado Álex.

ESPOSADAS  (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora