Lexa Woods es una inspectora de policía en Nueva York. Aunque en su adolescencia tuvo algunos problemas con la ley, acabó graduándose en la academia de policía siguiendo el ejemplo de su padre. Sus métodos para detener delincuentes no siempre son lo...
Lexa salió de casa dispuesta a tener un buen día. Se colocó el casco, se sentó en su Ducati Monster 797, arrancó el motor y se deleitó con el sonido que salía del tubo de escape. Accionó el embrague, puso la primera velocidad y la moto comenzó a andar. Colocó los pies en los estribos y casi sin darse cuenta estaba disfrutando de la velocidad y las calles de Nueva York.
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Mientras se dirigía a la comisaría iba recordando la noche anterior, cómo el cuerpo de Camila se estremecía bajo su toque y lo bien que se sentían sus dedos dentro de ella, joder como sabía utilizar su boca.... Un cosquilleo agradable apareció en su bajo vientre y aunque no era su costumbre, no le importaría repetir con esa morena.
"Flashback"
(Un poco de música para acompañar este trozo)
-OOhhh Lexa, si, sigue así, joder, quien te ha enseñado mover la lengua de esa manera.
-soy autodidacta, me gusta aprender practicando- Lexa levanto la cabeza de entre las piernas de Camila y le sonrió. Los ojos de las dos mujeres se descubrieron llenos de lujuria. Camila sujetó la cabeza de Lexa y volvió a bajarla hasta su centro de placer para que la castaña siguiera con lo que estaba haciendo. Los cuerpos de las dos chicas estaban encendidos de pasión, sudorosos por el esfuerzo y con las respiraciones agitadas.
-te quiero dentro Lexa, quiero que me folles con tus dedos.
-tus deseos son órdenes para mí. - Lexa entró en ella y empezó a bombear suave – joder, te sientes tan bien, tan caliente, tan húmeda para mí- comprobó la necesidad de Camila por el movimiento de sus caderas y Lexa aceleró las embestidas.
-sí, sí, así, mierda no voy a durar, voy a venirme Lexa,-Las palabras y los gemidos de Camila estaban haciendo arder cada célula del cuerpo de la castaña y el choque de su mano con su centro mientras empujaba dentro de Camila también le estaba llevando al borde.
- espera- dijo la morena- quiero que lleguemos juntas- Camila se incorporó y se puso de rodillas en la cama, le tendió la mano a Lexa y le hizo imitar su posición. Se besaron con humedad, acariciaron sus lenguas, sus cuerpos con sus manos y finamente se penetraron sin compasión, fuerte, duro empezando una lucha por ver quien le daba más placer a la otra. Estaban de rodillas sobre la cama, desnudas, con sus cuerpos perlados por el sudor, sus manos en el sexo de la otra empujando sus dedos todo lo profundo que podían, sus pechos rozándose con cada embestida, endureciendo sus pezones hasta casi el dolor por el toque y sus bocas y lenguas atacando la de la otra como si fueran a desaparecer en el momento que dejaran de acariciarse.La habitación se llenaba de olor a sexo y gemidos de placer.
