38. Te quiero a ti

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Hola mis queridísimas lectoras, siento haberme retrasado un poquito, me pongo el límite de una semana, pero a veces la inspiración no llega. Disfrutemos un poco más de nuestras Clexa, aunque lo bueno, siempre se acaba.

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-¿Cómo te encuentras?

-Mejor, ya casi no me duele nada

-Te he traído un poco de leche caliente y tu medicina.

-Gracias cariño - Octavia subió su mano hasta la mejilla de Lincoln y lo atrajo hasta ella para darle un dulce beso en los labios. - eres un gran enfermero

-Y tu, una buena paciente.

Octavia seguía recuperándose de su resfriado, se había echado una pequeña siesta en el sofá mientras el moreno había bajado a hacer la compra. Al volver a casa, su novia seguía dormida y le preparó algo caliente para que pudiera tomarse su medicina.

Lincoln se acomodó detrás del cuerpo de Octavia, dejando que la pequeña científica apoyara su cuerpo en él y la arropara con sus brazos. Después de un silencio, Octavia habló.

-¿qué tal con los traficantes?

-Bien, creo que se tragaron nuestra tapadera, Monty dijo que habían comprobado nuestros antecedentes sacando las huellas de los botellines de cerveza.

-son buenos y rápidos.

-Sí

-y peligrosos, Linc, debéis tener mucho cuidado, esos tipos primero disparan y luego preguntan, no me fío.

-Lo sé, estaremos bien, la jefa lo tiene todo controlado. - Lincoln abrazó con fuerza a su novia y le dio un beso en su rizada melena.

Lincoln recordó la pequeña cajita que tenía guardada, con un precioso anillo dentro. Se dijo a sí mismo que, al acabar ese caso, le pediría a Octavia que se casara con él, sabía que era la chica adecuada y no le importaba el poco tiempo que llevaban juntos.    

ding dong...... ding dong.......  alguien estaba llamando a la puerta.

-¿esperas a alguien? - preguntó el detective

-No, pero.........

ding dong...... ding dong.......

-con esa insistencia...... supongo quien es.

Lincoln se levantó y fue a abrir la puerta.

-EEhhhh grandullón, ¿cómo está mi amiga? - dijo la latina entrando como un vendaval, empujando la puerta y dándole un pequeño golpe en el hombro a Lincoln - ¿ya le has enchufado tu termómetro?

-Hola Raven - El moreno sonrió ante el comentario de la latina que siguió su camino hasta encontrar a su amiga sentada en el sofá.

-Hola pequeña, ¿qué tal te encuentras?

-Rav - la latina se acercó a Octavia y le dio un abrazo y un beso en la mejilla - ¿Qué haces aquí?

-comprobar que tu novio te cuida como debe, mira, he traído algo - Raven levantó una bolsa que llevaba en una de sus manos - Pañuelos para tus mocos, un poco de chocolate para recuperar energía, sopa de pollo y........... un par de cajas de condones.

-Rav!!!!!!!!

Octavia intentó golpearle con uno de los cojines del sofá, pero Raven lo evito con su brazo mientras Lincoln se reía ante lo descarada que era esa alocada amiga de su novia - eeeehhhhhh, que el calor corporal es el mejor remedio para los resfriados y estoy segura que a tu hombre no le importara dártelo - Octavia rodó los ojos

ESPOSADAS  (CLEXA AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora