Accidente #3: La calma antes de la clase

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—¿Ese era el doble cero? — cuestionó un chico

—¿Zhongli?... Yo creo, es el único con ese cabello entintado — una voz bufó con gracia tratando de hacer un comentario gracioso, cosa que logro ya que al instante varias voces estallaron en leves risas burlonas. Cómo si su autoestima no necesitará más golpes bajos

El chico rojo emergió de los arbustos como si saliera del agua, escupió repetidamente con tal de quitarse las plantas en su boca. Salió de los arbustos cuidadosamente mientras se agitaba el cabello, le molestaba esa parte de caer en arbustos, sus hojas se metían dónde sea y en el cabello era peor.

Miró de lado a lado para notar lo que siempre le tocaba ver. Las risas burlonas en volumen bajo, la indiferencia de los demás a lo normal en dicho chico, un accidente que muchos trataban como broma... Pero para alguien era una forma de vida, una que le ha hecho caer en un neutralismo con todo lo que le rodea. Sin embargo, sus ojos reconocieron a varios chicos que se hallaban en el patio realizando una actividad con sus libretas y libros consigo... Era el grupo 3C y eso solo significaba una sola cosa al pelirrojo, un detalle que le hacía tener un escalofrío por su espina.

—¡Ny!, ¡Ny! — un grito femenino y alegre intentó alcanzar al pelirrojo desde la lejanía

Las piernas del chico recién accidentado se congelaron en pleno movimiento, ya era demasiado tarde.

—H~ho~hol...— el hablar tímido del joven fue interrumpido por un fuerte abrazo que envolvió su cuello en dos brazos delgados y delicados, era una joven sin duda; pero ¿quién abrazaría a dicho triste pelirrojo?

Nyron sintió el calor de aquella persona que lo estaba abrazando con mucha devoción. Levantó su mirar levemente intentando hallar los ojos de aquella chica, cosa que fue percibida por la chica, la cual respondió separándose rápidamente de él hasta verle directamente.

—H~hola... Cynthia— el joven intentó hablar suavemente mientras intentaba dar con los ojos de la chica, tenía mucha pena

Y ahí estaba, era una joven de tez clara semi colorada que rebasaba a Nyron por poco más de unos tres centímetros. Era de buena complexión, su cuerpo delgado resaltaba sus facciones femeninas aún por debajo del uniforme escolar femenino (misma ropa superior, con la diferencia de una falda azul marino con unas mallas negras que recorrían sus piernas por completo). No estaba con atributos exageradamente desarrollados como en otros casos, era de proporciones medias pero notorias. Su rostro estaba impregnado por un par de lunares en su mejilla derecha y uno cerca de su ojo derecho; ambos ojos de una avellana claro, casi naranjas a plena luz del día; y su cabello lacio le daba hasta poco más por debajo de los hombros, era de un castaño claro que al igual que sus ojos se confundía con naranja, mientras que en sus puntas se coloraban levemente por un tono más opaco.

—¡Ny! — la chica se pegó a su costado y acercó el brazo del chico a si misma —Finalmente te dejas ver— por sus labios se coló una risilla burlona. La joven no había podido cruzar palabras con él en todo el transcurso de esa semana; pero no era que ella quisiera establecer así las cosas con él, se debía al mismo pelirrojo, el cual hacía lo más con tal que la chica no le viese o lastimado, o triste en dado caso... No le importaba verse patético frente a los demás; pero era en especial a ella a la que no quería mostrarle esa faceta suya

Ella era por así decirlo, la única conocida de la infancia de Nyron. Sus conocidos de la primaria se desvanecieron de su vida con el pasar de las arenas del tiempo, y la única que nunca le dijo adiós fue ella. Ella lo consideraba su mejor amigo de la infancia y le guardaba un cariño evidente, era la única que le daba cierto trato cálido al chico; pero para Nyron había un terrible problema que le orilla a evitarla constantemente, era obvio que le guardaba cierta estima; no obstante...

El maestro del rey del mundo (En edición)Where stories live. Discover now