Capítulo XXXIV

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"El paro nacional no aplica para las personas que viven de escribir, así que ponte a actualizar borracha de mierda"

—Lectoras ecuatorianas a ella

(Nuevamente escribo esto borracha así que ya sabrán que el capítulo va ser...fácil?)

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[3/10] Para el final

Nueva York

Cord Villyn.

—¿Estás contenta?—preguntó Lauren a July que caminaba dando grandes pasos por la oficina.

—La verdad es que sí, saber que todo en mi cabeza está yendo bien, soy millonaria, la mejor en los negocios y encima soy una mujer—le guiñó el ojo—está demás decir que la psiquiatra me está ayudando con mis enojos repentinos, Valentina también lo hace—Howe volteó a ver a Lauren cómplice.

—¿Estás enamorada de Bradley?—July empezó a reír al escuchar a Howe—¿Lo estás?

—Está claro que no, me gusta como se desenvuelve en la cama, negocios y entre otras cosas, Valentina Bradley me gusta, más no estoy enamorada de ella—Lauren sonrió—¿Qué juntas tengo hoy?—Lauren se acercó a July y la abrazó—¿Qué te pasa perra loca? Suéltame—Howe rió en bajo.

—Valentina Bradley se va casar, lo sabes no?—Lauren susurró en su oído—Pero como solamente te gusta..pues no te importa, no?—el rostro de July se volvió pálido y empujó a la ojiverde al sofá.

—¡Ella no se va casar con Luís!—gritó a Lauren que la veía desde el sofá incrédula—¡Ella es mía!—pero una vez dijo eso recordó el acuerdo que tenía con Valentina—Tengo que arreglar algo, ustedes están a cargo—Howe dejó de retener el aire que no dejaba salir y corrió a auxiliar a Lauren.

—¿Se va ir, no?—Lauren sollozó contra sus palmas y asintió—Ella...se va ir...—los ojos de aquel hombre pelinegro dolían, sentía como los recuerdos del día en que Julianno Villyn murió pasaban por sus recuerdos—No...no puede, pero esta vez no es mi culpa, verdad?—Lauren se abrazó a él y negó.

Esa muerte no sería su culpa, iba a ser de Valentina.

.

Madrish Company

—Un gusto tenerla por acá Sra. Juliana Villyn—la morena miró a la secretaria por encima del hombro—¿Tienes cita con el Sr. Madrish?—July negó—No la puedo dejar pasar, lo lamento. Tiene que tener cita—la morena suspiró y cerró los ojos para volver a abrirlos y acercarse a la secretaria.

—Si estoy acá es para ver a el viejo que dirige esta compañía de pacotillas, si no quieres que esta mierda de vida que llevas se haga mucho peor al despedirte entonces dile al señor Madrish que el negocio de su vida está entrando por su oficina, bonito día—sonrió y empezó a caminar por el pasillo que llevaba a las oficinas, visualizó la oficina a la que debía entrar y así lo hizo pero cuando entró se llevó una sorpresa que jamás pensó a ver encontrado.

Su respiración se hizo pesada, sus ojos ardían de furia, su corazón latía rápido, los temblores en sus manos habían vuelto y en ese momento se dió cuenta de lo equivocada que estaba.

A Step Forward (Juliantina)Where stories live. Discover now